Rachas de más de 30 nudos, vientos helados, olas... Para ser su primera noche en el mar, los regatistas de la Vendée Globe han ido bien servidos. Fue necesario reducir o quitar la vela y estar pendientes constantemente de los reglajes, permaneciendo activos y alerta en este tramo de velocidad de 300 millas hasta el cabo Finisterre. Y no dormir. Un reto que se han marcado los líderes momentáneos, encabezados desde ayer a las 20:00 por un debutante: François Gabart, de 29 años. El patrón de Macif ha sido el más rápido en doblar esta tarde la punta nordoeste de la Península Ibérica. A su estela ya se situan unos cuantos favoritos: Vincent Riou a bordo del PRB, Armel Le Cléac’h navegando en el Banque Populaire, Bernard Stamm en el Cheminées Poujoulat, Alex Thomson a bordo del Hugo Boss y Jean-Pierre Dick en el Virbac-Paprec 3.
Para su seguridad, los regatistas disponen del sistema de identificación automática que les permite visualizar en su pantalla de ordenador los grandes barcos (de comercio y pesca), su velocidad, su rumbo, el tipo y la longitud. Este sistema permite igualmente a los veleros ser vistos por los vigías de guardia en los puentes de los barcos.
La prudencia es clave.
En estas condiciones de navegación tan delicadas, los perseguidores han decidido jugar la carta de la prudencia, conscientes que el viaje es largo. Es lo que reveló Samantha Davies, a bordo del Saveol, en un mensaje enviado esta pasada noche: "Opto por la seguridad, manteniendo una vela más reducida". De hecho, la diferencia de velocidad entre los primeros y la cola sube a más de 4 nudos en estas primeras 24 horas. En consecuencia, la flota se ha estirado en 147 millas. Bertrand de Broc, navegando en el Votre Nom autour du Monde avec EDM Projets, que regresó a Les Sables d’Olonne tras reparar el casco de su barco, acusa 242 millas de retraso.
Mañana por la mañana veremos como se sitúa la flota de cara al ataque de las islas Canarias.
Saludos y buenos vientos.
