La flota preparada para la salida © Carlo Borlenghi/Rolex |
Una gran flota de 206 barcos componía la flota de la 62 edición de la Giraglia Rolex Cup bajo un cielo repleto de nubes bajas y un mar acariciado por una suave brisa cálida del este. Con tantos barcos en el agua, el inicio de las 241 millas de las que consta la regata clásica del Mediterráneo ofrecía un panorama espectacular para los espectadores tanto de Saint-Tropez como de la costa norte del golfo.
Al mediodía, los barcos más grandes fueron los primeros en tomar distancia, encabezados por las llamativas y claramente visibles velas azules del Esimit Europa 2 en contraste con los tonos gris oscuro de los otros barcos de regatas y con las velas blanco pálido de los Corintian dentro de la flota. Todo apunta a que será una regata lenta, donde los barcos de mayor porte esperan completarla en unas 30 horas y donde los barcos más pequeños giran sus ojos hacia el cielo buscando la repuesta a la gran pregunta.
Esimit Europa 2 en medio de la flota © Carlo Borlenghi/Rolex |
Después de dos horas de regata, a las 14:00 UTC, el Esimit Europa 2 se fue aproximando a la marca exterior de Cavaliere-sur-mer, marca que indica el giro hacia la roca Giraglia, a 125 millas de distancia. Como era de esperar, los cuatro Racing Mini Maxis se encontraban en un puño justo por su popa.
Antes de abandonar el muelle, Jochen Schumann, patrón del Maxi de 100 pies esloveno comentó: "Todos los modelos de meteo están mostrando lo mismo: 10 nudos al principio para luego pasar a ser un poco más suave cuando pongamos proa a la roca Giraglia, y en el tramo final. Puede ser un viento constante, sin paradas ni roles importantes. Si tenemos suerte, mañana por la tarde estaremos en Mónaco".
No hay nada en el horizonte que cambie la opinión generalizada, la regata es un desafío mental. Una buena estrategia será mantenerse en movimiento desde un objetivo hasta el siguiente, y saber gestionar la competencia directa. Pegarse a la línea que marca el rumbo directo o jugarte la carta de conseguir ventaja cerca de la costa o en mar adentro es el dilema clave al que se enfrentan los barcos con la ambición de ganar.
Gordon Kay es un navegante oceánico experimentado con dos vueltas al mundo en su haber. Miembro del Yacht Club de Mónaco y regatista en el 36 pies Skazka, Kay espera finalizar a tiempo para disfrutar de la inauguración de la nueva sede de su club el viernes. Sin embargo primero tiene un pequeño asunto que resolver en la regata: "Es mi primera participación en esta carrera, ha sido mi gran deseo desde hace mucho tiempo. Este año finaliza en Mónaco por eso es algo muy especial. Incluso podríamos llegar a utilizar nuestro conocimiento local en la meta".
Con una o tal vez dos transiciones climáticas por abordar, posicionar correctamente un barco ante estos cambios es esencial para obtener alguna ventaja. Brad Butterworth, un veterano de la Copa América, navegando en el Mini Maxi Racing, Jethou, señaló: "La pregunta del millón será si nos mantendremos agrupados o nos dispersaremos. Hay varias decisiones que tomar en esta etapa hacia la Giraglia: quedarse con la brisa en la costa o poner rumbo hacia alta mar. Las decisiones que tome cada uno van a ser muy importantes".
Al igual que sucede con todas las regatas de larga distancia con una gran variedad de esloras en la flota, el modelo meteorológico jugará un papel clave para determinar los resultados con los tiempos compensados en la Giraglia Rolex Cup. Boris Hermann, navegante del Esimit Europa 2, se hizo eco de un temor entre los barcos de mayor eslora el cual indicaba que se podría dar un cambio en el viento después de rodear la Giraglia favorable a los barcos más pequeños.
Saludos y buenos vientos.
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