viernes, 27 de junio de 2014

Giraglia Rolex Cup 2014.- Una edición histórica.

Día 2, regata costera © Carlo Borlenghi / Rolex
La victoria correspondió al equipo francosuizo de Bernard Vananty a bordo del 42 pies Tixwave.

La Giraglia Rolex Cup siempre ha sido mucho más que una simple regata. Es un símbolo de amistad entre países, navegantes y clubes náuticos. Su 62ª edición no ha sido una excepción. 242 barcos de 20 nacionalidades atendieron a su llamada y 206 de ellos participaron en su regata de altura, la que da nombre al evento desde 1953. Cinco clubes de tres países cooperaron en su organización. La gloria se repartió entre equipos de Francia, Italia, Eslovenia, Suiza y Reino Unido.  A todos los niveles, la Giraglia Rolex Cup reafirmó su altísimo nivel de camaradería y competición.


Relaciones transfronterizas.


La historia dominante de esta edición fue la decisión de que la regata finalizara en Montecarlo. Desde 1953, la tradición marcaba que la Giraglia Rolex Cup comenzara en Francia y finalizara en Italia, o viceversa. Haría falta un hecho excepcional para romper esta regla. Los clubes fundadores, Yacht Club Italiano y Yacht Club de France, coincidían en que la inauguración de la sede de un club con el que ambos estaban hermanado, el Yacht Club de Monaco, era justificación suficiente. Rolex, patrocinador del evento desde 1997, apoyó la decisión; no en vano, el Yacht Club de Mónaco es uno de sus clubes asociados. Pero no sólo eso: los competidores secundaron la propuesta formando una flota récord.

La Giraglia Rolex Cup se inició como regata oceánica de 241 millas náuticas para acercar a dos naciones separadas por la Segunda Guerra Mundial: Francia e Italia. La intención de sus fundadores era ayudar a tender puentes a través del deporte de la vela. A lo largo de los años, su recorrido ha comenzado en diferentes puertos y finalizado en otros tantos. La única constante ha sido su punto de retorno, la Giraglia, un promontorio rocoso frente a la costa norte de Córcega. Desde 1997, el evento ha evolucionado considerablemente, creciendo en dimensiones, forma y popularidad. En 1998 se decidió que la salida fuera fija desde Saint-Tropez y añadir una serie de pruebas costeras al programa de competición. Diez años más tarde se sumaría una etapa prólogo con salida desde Sanremo, históricamente uno de los puertos de salida/llegada de la prueba. 

Actos preliminares.

El éxito de estas decisiones se confirma con el número de participantes. Nada menos que 107 barcos tomaron parte en la prólogo de 57 millas náuticas (106 km) entre Sanremo y Saint-Tropez. Tras iniciarse a medianoche del viernes, 13 de junio, el primero en cruzar la meta en la mañana del sábado sería el Volvo Open 70 francés SFS patroneado por Lionel Péan. El 35 pies Jet Lag de Richard Burton sería el ganador en compensado IRC.

Las tres jornadas de pruebas costeras en Saint-Tropez son siempre un espectáculo. Este año participaron 172 barcos, inundando el horizonte de la bahía con un mar de velas. La competición resultó feroz en las cinco clases, y sólo destacó claramente sobre sus iguales el ganador de IRC B, el Easy de Jean Marie Vidal. Las miradas estaban puestas en los grandes esloras, aquellos de 60 pies (18,28 m) o más, incluyendo los siempre espectaculares Mini Maxis, de 72 pies (22 metros). El triple campeón del Mini Maxi World Championship (Mundial Rolex de Mini Maxi), el sueco Rán 5 de Niklas Zennström, empezaría llevándose la victoria en la primera costera. Al día siguiente le replicaba el británico Alegre de Andy Soriano. Habría que esperar al tercer asalto para conocer el nombre del ganador de la serie costera: Alegre.

Plato principal.


El día de la salida de la regata de altura, el cielo de Saint-Tropez no quiso colaborar al espectáculo, con nubes y una falta de intensidad de viento que sembró las dudas entre las tripulaciones. Laurent Camprubi, armador del Alizée, campeón de la edición 2013, reconocía tener sentimientos enfrentados: por un lado, la falta de brisa en la salida y la perspectiva de encontrar buen viento en la roca podrían favorecer de nuevo a su pequeño 45 pies; por otro lado, reconocía su temor por la ausencia de presión en la salida: “No estoy siquiera seguro de que pueda salir de la bahía esta noche”, afirmaría. 

Jochen Schümann, patrón del barco más rápido de la regata, el 100 pies esloveno Esimit Europa 2, sugería que la preocupación para los grandes de la flota podía estar más bien en la llegada: “Todos los modelos muestran lo mismo: 10 nudos en los primeros compases y luego un poco más ligero en la aproximación a la Giraglia y en el último tramo. Mañana por la tarde estaremos en Mónaco. Con un poco de suerte”.

Las previsiones no fallaron. Tras abandonar Saint-Tropez al mediodía del miércoles, 18 de junio, con ligeras brisas, el enorme barco azul se escapó del resto de la flota aprovechando la abrumadora potencia de su enorme palo de 44 metros de altura y su mastodóntica superficie vélica. El Mini Maxi italiano Robertissima III fue el mejor en la salida, pero el Esimit Europa 2 no tardaría en poner orden y ya lideraba la carga para cuando alcanzó la primera baliza del recorrido, frente a Cavalaire-sur-mer.

TEAM VISION FUTURE (SUI) poniendo proa a la línea de meta en una regata costera © Carlo Borlenghi / Rolex

Primero en Mónaco.

Tras rodear la Giraglia a las tres de la madrugada del jueves, la tripulación de 11 nacionalidades liderada por Schümann afrontaría una difícil aproximación final a Montecarlo. La hora estimada de llegada era tan variable como el viento. Cruzaría la línea de meta a las 12:35h. “Afortunadamente, hemos llegado antes de lo previsto. Salvo por un momento en la salida de Saint-Tropez, donde la brisa fue muy ligera y Robertissima se colocó realmente cerca, acertamos en la estrategia”, comentaría el alemán. “Siempre tuvimos viento, aunque bajara hasta los 2-3 nudos por momentos”.

Pierre Casiraghi de Mónaco, miembro del Comité de Dirección del Yacht Club de Monaco y tripulante a bordo del Esimit Europa 2 en esta ocasión, se mostraba entusiasmado por ser el primer monegasco que cruzaba la línea de meta y desembarcaba a los pies de la nueva sede de su club: “Es fantástico formar parte de la primera regata que finaliza aquí, en este nuevo edificio. Estoy realmente contento”.

El siguiente en completar el recorrido todavía iba a tardar horas en llegar a Mónaco. El grueso de la flota cruzaría la meta a primera hora del viernes. Pero sería la llegada del coloso esloveno marcaría el inicio de 48 horas de celebración en Montecarlo.


Puesta de largo.

El viernes iba a ser un día memorable. Su Alteza Real el Príncipe Alberto II de Mónaco, acompañado por la Familia Real y el arquitecto Lord Norman Foster, inauguraban oficialmente la nueva sede del Yacht Club de Monaco. Una ocasión histórica a la que asistieron cerca de 4.000 invitados, incluidos ministros, socios de 66 nacionalidades y los participantes en la Giraglia Rolex Cup.

Los actos oficiales comenzaron a las 16:00h. Poco más tarde, el Príncipe Alberto II cruzaba el puerto en barco para transportar la insignia del club desde las antiguas instalaciones al nuevo edificio pasando junto a la flota amarrada de la Giraglia Rolex Cup. Le esperaban miembros de la Familia Real y socios del club formando de manera espectacular en las terrazas del club.

El Príncipe Alberto II, presidente del Yach Club de Monaco desde hace tres décadas, comentaría: “Esta bandera ondea orgullosa en el mástil de nuestra nueva sede. Marca una importante fase para la vida de nuestro club, para Port Hercule y para el Principado. Con esta joya arquitectónica queríamos afirmar la identidad náutica de Mónaco y confirmar que nuestra ambición es continuar orientando la futura prosperidad de nuestro país hacia el mar”.

Respecto al apoyo mostrado por los organizadores de la Giraglia Rolex Cup, añadiría: “Durante años hemos mantenido una excelente relación con el Yacht Club Italiano y el Yacht Club de France. Hemos estado hablando de esto durante mucho tiempo, y haber conseguido que ocurriera es un hermoso testimonio no sólo de lo que estos dos clubes significan para nosotros y lo que quisieron hacer con nosotros, sino que además supone un tremendo honor, y creo que supone una magnífica parte de la celebración”. 

Tripulación del TIXWAVE Team acompañada por el Príncipe Alberto II de Mónaco y Gian Riccardo Marini, director general de Rolex © Carlo Borlenghi / Rolex
Cuatro décadas dedicadas.

Poco después de la inauguración, el Yacht Club Italiano anunciaba el ganador final de la Giraglia Rolex Cup. La victoria correspondería al equipo francosuizo de Bernard Vananty a bordo del 42 pies Tixwave. “Ha sido una Giraglia Rolex Cup muy especial para mí, porque se cumplen exactamente 40 años desde que participé por primera vez”, reconocía el armador suizo. “Entonces tenía 18-19 años. Recuerdo que tuvimos mucho viento, competimos con un prototipo y no pudimos terminar. El año pasado volvimos y fuimos segundos. ¡Ahora hemos ganado!”.

No fue precisamente una victoria sencilla. Tras gestionar estratégicamente la regata durante 241 millas, sus opciones estuvieron a punto de desvanecerse: “A 20 ó 30 metros de la llegada encontramos un pozo de viento. Empezamos a revisar el tiempo y a pensar que todo nuestro esfuerzo podía quedar en nada en ese trecho final… ¡Nos llevó 14 minutos cruzar la línea de meta!”. 

La euforia de Tixwave pareció contagiarse por todo el puerto. Tripulaciones y miembros del Yacht Club de Monaco disfrutaron de una sonada celebración hasta bien entrada la madrugada  del sábado para cerrar un nuevo capítulo de la Giraglia Rolex Cup y abrir otro en la historia de un club fundado el mismo año que la regata: en 1953. En ocasiones, el guión se escribe a sí mismo.

La entrega de premios final se celebraría el sábado en la cuarta planta del nuevo Yacht Club de Monaco, donde Vananty e Igor Simcic –armador del Esimit Europa 2– recibieron sendos trofeos y relojes Rolex grabados en reconocimiento por sus hazañas.

Saludos y buenos vientos.

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