El gallego Chuny Bermúdez de Castro se enrola como patrón del «Delta Lloyd»
A partir de hoy, la Volvo Ocean Race hablará un poco más de español. El navegante oceánico gallego Roberto «Chuny» Bermúdez de Castro se apunta a dar la vuelta al mundo, y desde un puesto de excepción y responsabilidad como es el de patrón del «Delta Lloyd» holandés.
El patrón gallego recibió la oferta antes de la salida de la Volvo Ocean Race desde Alicante, pero sus compromisos al frente del TP 52 «Caixa Galicia» le impidieron enrolarse en la aventura oceánica hasta ahora. Chuny viajó ayer hasta Ciudad del Cabo, de donde parte la segunda etapa de la competición y donde rubricará su compromiso con el equipo que lidera Ger O´Rourke.
Esta será la cuarta circunnavegación de Bermúdez de Castro, tras haber participado en esta regata a bordo del «Galicia 93 Pescanova», el «Assa Abloy», el «Brasil» y ahora el «Delta Lloyd», aunque nunca hasta esta ocasión había tenido los galones de patrón. «Me gusta su ilusión y sus ganas de mejorar», comentó antes de volar a Sudáfrica, «tenemos que ir paso a paso lo más rapido posible pero sin cometer grandes errores».
La tarea del patrón gallego es aportar su experiencia en este tipo de regatas a un barco que adolece de haber llegado el último a la Volvo Ocean Race, y que actualmente está situado séptimo, con cuatro puntos, a once del líder, el «Ericsson 4» de Torben Grael, amigo y compañero de Bermúdez de Castro en el «Brasil».
«Acepto el reto porque creo que lo puedo hacer bien», confesó a este periódico el patrón gallego, que mostró su confianza en la tripulación joven que tendrá a sus órdenes. En la primera etapa «navegaron muy bien, solo se quedaron un poco más al este que la flota en las calmas ecuatoriales, pero aun así creo que navegaron bastante rápidos».
El «Delta Lloyd» es el único barco de la flota de la edición anterior, cuando ganó la Volvo como «ABN Amro». A su favor cuenta con el sólido diseño de Juan Kouyoumdjian, el responsable de los «Ericsson», pero en su contra la optimización de la embarcación. «Nuestro gran rival es el tiempo», señalaba Chuny, «tenemos que centrarnos en los factores que podamos mejorar rápidamente».
Saludos y buenos vientos
El viernes 14 de junio de 1968 salió de Falmouth el Suhaili, un pequeño queche, con una figura solitaria al timón: Robin Knox-Johnston, de veintinueve años. Diez meses y medio más tarde, un Suhaili oxidado, con la pintura desconchada y las velas rasgadas y marrones, volvió triunfalmente a Falmouth. Robin Knox-Johnston se había convertido en el primer hombre que había circunnavegado el mundo en solitario y sin escalas.
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