viernes, 22 de noviembre de 2013

Transat Jacques Vabre 2013.- Así fue la rotura del mástil del MACIF



Al mal tiempo, buena cara.

Las palabras de François Gabart sonaban objetivas y optimistas cuando ayer por la mañana describía la desarboladura de MACIF sufrida aproximadamente a las 00:00 horas de la medianoche del jueves mientras navegaban en condiciones relativamente normales de vientos alisios a unas 140 millas de Salvador de Bahía, Brasil. Para ellos, el liderato de la competitiva clase IMOCA Open 60 en la Transat Jacques Vabre a dos se había terminado.


© François Gabart / MACIF


Después de verse obligados a abandonar la Barcelona World Race en enero de 2011 también por una pérdida del mástil,  los sentimientos de vacío, decepción y desaliento los conocían muy bien, pero Gabart le puso buena cara a las cosas: "Vamos a ser positivos, podría haber sucedido en cualquier otro momento y pudiera haber sido peor para nosotros y para el barco. No hay ninguna razón para no continuar en el mismo barco después de esta segunda desarboladura".

Gabart confirmaba que el MACIF montó un nuevo mástil después de ganar la Vendée Globe en febrero, tratando de ahorrar un poco de peso.


© François Gabart / MACIF



El dúo de marinos navegó alrededor de 1.100 millas de regata como líderes desde el 17 de noviembre, cuando su mástil se vino abajo. Vincent Riou y Jean Le Cam son ahora los líderes de la clase, con 59 millas de ventaja sobre Marc Guillemot y Pascal Bidégorry a bordo del Safran que saltó a la segunda plaza.

Gabart recordó: "Estábamos navegando amurados a babor con toda la vela mayor arriba y el gran gennaker izado en 15 a 20 nudos de viento y con un poco de mar por la popa, lo que nos permitía surfear las olas, por cierto, nada desagradable. Una o dos horas antes habíamos estado teniendo algunas ráfagas fuertes pero el viento era bastante estable cuando el mástil se rompió. Estábamos navegando con el piloto automático, yo estaba en la bañera y Michel descansando en el interior. Sospecho que fue el tubo que se rompió en algún lugar del perímetro, donde se sujetan el aparejo, tangón, etc... El mástil se rompió a unos 12  metros por encima de la cubierta lo que significó tener unos 18 metros de mástil en el agua. La parte de pie quedó apoyada en el tambucho. Nos pusimos a favor del viento.  
 


© François Gabart / MACIF


Afortunadamente estábamos a salvo cuando ocurrió. Sin duda, es mejor no estar en medio del camino cuando las velas y el mástil se viene abajo. En aproximadamente una hora logramos separar la parte superior del mástil de la sección inferior y salvar la botavara. Los dos estamos con el mismo estado de ánimo, tristes y decepcionado, pero miramos hacia delante y en estos tiempos es sin duda lo mejor que podemos hacer".


Saludos y buenos vientos

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