La flota navega en el mar de Alborán tras superar Gibraltar.
Safran lidera la flota, tras haberse impuesto en la meta volante de Gibraltar.
Tras la encalmada que reagrupó la flota, un suave viento de Levante les permite navegar ciñendo pensando en cabo de Gata.
La inestabilidad del viento y los cambios de calor de la costa marcarán el campo de batalla en el Mar de Alborán.
Tensa y táctica situación de la flota al paso de Gibraltar, donde las calmas han frenado el excelente ritmo que llevaban los ocho IMOCA Open 60. El efecto colchón les reagrupó, viviendo ahora momentos tensos para no perder la oportunidad de escapar con las primeras rachas, del nuevo viento de componente Este.
Muy apretadas fueron las cosas en la meta volante de Gibraltar, llegando hasta ella la flota ciñendo y muy compacta. Las dos horas de tiempo entre el líder Safran el W Hotels-Nueva Bocana, sexto, no supusieron una gran distancia, toda vez que la velocidad de la flota era muy lenta.
El Estrella Damm fue segundo, defendiéndose bien de las condiciones de viento ligero y ceñida que menos parecen favorecer a su barco. El buen trabajo de Alex Pella y Pepe Ribes empañó un poco la buena actuación de Corbella y Caffari, cuyo GAES Centros Auditivos fueron cuartas pero aventajadas por el Estrella Damm, que es su inmediato objetivo en la clasificación general. Entre ambos, el francés PRB de Vincent Riou, que ve cómo su compatriota Safran le ganaba otro punto en la meta volante y acumula una ventaja de 2,5 puntos. El Movistar, quinto, le robó medio punto al W Hotels- Nova Bocana, quedando ahora más compacta la lucha por completar el podio entre éstos y el Estrella Damm y el GAES.
Si las complicadas e imprevisibles condiciones de navegación de esta cuarta etapa Sanxenxo-Calpe está manteniendo despierta a los ocho participantes, su doble puntuación aumenta todavía más la tensión de los regatistas.
El líder Safran comenzó su remontada hacia el cabo de Gata por la costa africana, virando rumbo a Málaga seguramente pensando en la mayor estabilidad del viento de Levante, pues en la costa española el efecto de la brisa térmica encierra peligros. Pero la situación de la regata era a las 17:30 horas muy complicada, tal y como nos explicaba Pepe Ribes, desde el Estrella Damm: “Ahora mismo el viento acaba de rolar al Sureste y podemos navegar rumbo directo hacia el cabo de Gata, pero sabemos que el viento volverá a rolar hacia el Este y volveremos a las andadas con las viradas. Aprovechamos una buena opción para colarnos segundos en la meta volante, ha sido muy ajustado en el grupo de barcos que seguíamos al Safran. Vamos a ver como podemos defendernos con este poco viento y ciñendo, que no son las mejores condiciones para nuestro barco. Tengo muchas ganas de llegar a Calpe lo mejor posible, no creo que vayamos a regatear este fin de etapa especulando con la clasificación general”.
Casi idénticas condiciones a bordo del W Hotels-Nova Bocana, tal y como acaba de explicarnos el santanderino Pachi Rivero: “Vamos muy cómodos con este viento, sin mar y con sol, que ya tocaba tras las etapas del Cantábrico. Tenemos confianza en el potencial de nuestro barco con vientos flojos y seguiremos luchando. Estamos al alcance de la vista con el GAES, y sabemos que el Estrella Damm también está por nuestra zona. Vamos a ver si este role nos permite controlar al Movistar y al PRB, que navegan ahora más cerca de la costa española”.
Los sistemas de navegación electrónicas resultan de gran ayuda, y especialmente el AIS. A través de este sistema, ideado para poder controlar el tráfico de mercantes y prevenir abordajes, los regatistas pueden situar en sus pantallas la posición de sus rivales, por lo que las “sorpresas nocturnas” con los rivales que navegaban al alcance de la vista no ocurren, a la vez que pueden saber que acontece con los otros barcos más distantes. Y sin duda, con estas condiciones tan variables, pasarán la próxima jornada con au atención puesta en el AIS, que puede ser un “chivato” de zonas de calmas o rachas, según vean progresar virtualmente a los otros IMOCA Open 60.
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Saludos y buenos vientos
El viernes 14 de junio de 1968 salió de Falmouth el Suhaili, un pequeño queche, con una figura solitaria al timón: Robin Knox-Johnston, de veintinueve años. Diez meses y medio más tarde, un Suhaili oxidado, con la pintura desconchada y las velas rasgadas y marrones, volvió triunfalmente a Falmouth. Robin Knox-Johnston se había convertido en el primer hombre que había circunnavegado el mundo en solitario y sin escalas.
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