Todos al aguaaaaaaaaaaaaaa....
Todo va en su cauce. Los potentes Volvo Open 70 van poco a poco a su lugar natural, el agua y el primero en hacerlo ha sido el americano Puma, que al amanecer del lunes ya echaba a “Il Monstro” al agua.
Tras el equipo del local americano Ken Read fue el turno de los hermanos Ericsson, tanto el de Torben Grael como el de Olsson. La operación para poner en el agua cada uno de estos 70 pies que toma parte en la Volvo Ocean Race viene a llevar cerca de dos horas de trabajo constante con la ayuda de inmensas grúas. El siguiente en la lista de espera fue el Delta Lloyd del cuatro veces vueltamundista Roberto Bermúdez de Castro, que comienza sus entrenamientos, cara a la regata costera, en la jornada del martes.
“El barco se va al agua el lunes a última hora y hoy martes comenzamos a entrenar. Tenemos programados toda la semana entrenamientos con otros equipos y un día “de familia” –que será una jornada en la que las familias podrán a salir a navegar con nosotros”, comentaba el catalán David Pella en su base del Delta Lloyd en Boston.
Pella es el encargado del mástil en el barco de bandera holandés. “Estoy contento con el nuevo mástil. Hemos tenido tiempo durante la etapa para mejorar pequeños detalles y retoques pero estamos bastante satisfechos. Teniendo en cuenta que el barco ya tiene una vuelta al mundo a sus espaldas, está en buena forma y no podemos exigirle mucho más, le estamos cuidando muy bien!”.
Por su parte, los hermanos Telefónica acaban con los trabajos en tierra para poder comenzar los trabajos en el agua. El Telefónica Negro ya tiene reparado el postizo de su proa que quedó dañado en la etapa, probablemente al golpear con un objeto. “Pese a que no hemos tenido incidentes de importancia en esta etapa y pudiera parecer que estamos relajados en el equipos de tierra es todo lo contrario. Esta es la última parada antes de volver a Europa y a partir de ahora ya no habrá mucho tiempo para chequear los barcos a fondo, entre etapa y etapa. Esta es nuestra última oportunidad para chequear todo en profundidad”, comentaba desde la zona de trabajo de los Volvo Open 70 Eduardo Marin, del equipo de tierra de los Telefónica.
Y es que con cerca de 5000 millas por cubrir en “sprint” a partir de ahora, las revisiones en profundidad se deberán pasar en esta parada en tierras americanas. “La verdad es que nosotros aquí lo tenemos bastante fácil, ya que conocemos el sitio y tuvimos nuestra base aquí antes de comenzar la regata”, comentaba el director del equipo de tierra del Puma, Neil Cox. “No es que sea una parada fácil, pero tampoco tenemos grandes reparaciones que hacer. Mucho del trabajo que estamos haciendo aquí es de previsión, ya que es probable que a partir de ahora ya no tengamos tiempo de hacer revisiones en profundidad con lo apretado de las últimas etapas”.
Esta claro que tanto tripulaciones como equipos de tierra tienen sus planes a largo plazo, aunque sin dejar de pensar tanto en la regata costera del próximo sábado como de la salida de la etapa.
Pepe Ribes habla desde Boston...
Sobre la evolución del "Telefónica azul" y las posibles mejoras en las próximas etapas.
Pepe Ribes en Boston, puerto final de la sexta etapa de la Vuelta al Mundo, logrando un nuevo podio para el equipo español Telefónica y recuperando la segunda plaza de la general. Desde Estados Unidos, el alicantino reflexiona acerca del “Telefónica azul”, su evolución y los posibles cambios en la recta final de la regata oceánica por excelencia.
Ésta es su tercera Vuelta al Mundo y en todos los proyectos en los que ha formado parte ha estado involucrado en la construcción del barco en el que ha navegado, ¿cómo se ha desarrollado ésta en los últimos años?
El principal cambio ha venido con el cambio de clase, de los VOR 60 a las VO 70. Los barcos antes eran de kevlar y ahora de carbono, con diferentes materiales de construcción, menos rígidos. Pero lo que de verdad ha cambiado la clase es la quilla pivotante y el poder que tiene, hace que los barcos sean ligeros pero muy rápidos. Los métodos de construcción son muy parecidos. Sin duda, lo que más ha cambiado es el diseño de casco y de apéndices.
Para que el resto de los mortales lo entienda, ¿en qué consiste exactamente evolucionar un barco y cómo se lleva a cabo?
Evolucionas un barco porque en determinadas condiciones ves que no tienes control sobre él. Cuanto más navegas el barco, más te vas dando cuenta de las condiciones en las que ves que tu rendimiento es bueno con respecto a los demás y las condiciones en las que no vas tan bien, por lo que normalmente tu evolución es: en las que vas bien, quedarte como estás y en las condiciones en las que ves déficit de velocidad, intentar acercarte a los otros equipos. Estudiamos mucho el diseño de velas (tamaño, forma) porque son el motor del barco. Un buen ejemplo es que nosotros con el Código Cero en Alicante al Puma no podíamos seguirlo y ahora, llegando aquí a Boston, lo dejamos atrás con la misma vela en exactamente las mismas condiciones, ésta ha sido una de nuestras evoluciones con poco viento que al principio no teníamos. El cambio de timones hecho, por ejemplo, también es un cambio con el que hemos evolucionado.
¿Cuál es la diferencia principal entre el “Telefónica azul” que salió de octubre de Alicante y el “Telefónica azul” de ahora, seis meses después del comienzo de la Volvo Ocean Race?
Yo creo que la diferencia principal es que hemos reforzado mucho las áreas en las que hemos tenido algún problemilla. Hemos reforzado también un montón de áreas en las que no hemos tenido problemas pero que hemos pensado que podríamos mejorar. El programa de velas ha vivido un desarrollo muy grande gracias a que hemos hecho muchas pruebas, pensamos que estamos yendo cada vez más rápido. Y también creo que más que nada, al final, también es la tripulación. El entender el barco, saber cómo arranca rápido, cómo corre… Yo creo que el desarrollo más grande que ha habido ha sido en la gente, en entender cómo navegar el barco y qué ángulos nos son favorables a nosotros.
Ahora viene una etapa dura y el regreso a Europa, ¿tiene pensado la tripulación del “Telefónica azul” introducir posibles mejoras para esta parte final de la regata?
Yo creo que vamos a estrenar unas velas para ir de popa, para intentar ir más rápido en esas condiciones, y creo también que vamos a ser bastante radicales en la configuración del barco respecto a pesos, un reparto de pesos nuevo y una distribución interior bastante diferente a la que llevamos normalmente.
Si le dan a escoger, ¿con qué se quedaría: un buen barco o una buena tripulación?
Te hacen falta las dos cosas. Te hace falta mucho tener una combinación de una muy buena tripulación con un muy buen barco para estar arriba. Con una buena tripulación y un mal barco, no ganas. Con un muy buen barco y una mala tripulación, yo creo que tampoco ganas. Lo ideal es un muy buen barco y una muy buena tripulación.
Del “Telefónica azul”, se quedaría por encima de todo con...
El palo, es una gran adelanto el no llevar jumpers. Se estuvo probando en Copa América pero nadie lo usó y ahora lo hemos utilizado nosotros aquí y ha funcionado. La sección es más pequeña y tenemos mucha ventaja aerodinámica. Es uno de nuestros puntos fuertes. Y el barco por debajo de 15 nudos es muy competitivo, en toda la gama de ángulos.
Fue uno de los primeros en incorporarse el equipo Telefónica en esta Vuelta al Mundo y estuvo involucrado en la construcción del “Telefónica azul” en Alginet desde el primer día, ¿en qué se puede llegar a convertir el barco para usted?
¡Es mi casa! Y es en lo que pienso cada día desde que empiezo a trabajar en un proyecto de estos hasta que acabo. Cualquier cosa que le pase al barco, estés o no compitiendo, es vital y en cada momento tienes que pensar en qué se puede mejorar. Cuanta más gente esté involucrada en el barco al cien por cien menos problemas tendrá el barco.
Animo Pepe, cuida bien tu casa, llévala hasta la meta de San petesburgo de "una pieza" y que el resto de la flota solo os pueda ver vuestra popa.........
Mucha suerte, saludos y buenos vientos
[más info aquí]
El viernes 14 de junio de 1968 salió de Falmouth el Suhaili, un pequeño queche, con una figura solitaria al timón: Robin Knox-Johnston, de veintinueve años. Diez meses y medio más tarde, un Suhaili oxidado, con la pintura desconchada y las velas rasgadas y marrones, volvió triunfalmente a Falmouth. Robin Knox-Johnston se había convertido en el primer hombre que había circunnavegado el mundo en solitario y sin escalas.
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