Pepe Ribes (Benissa, Alicante, 19/06/1971), proa del “Telefónica azul” pisaba tierras irlandesas el domingo tras una travesía del Atlántico Norte decisiva para el resultado final de la Vuelta al Mundo pero también con un toque nostálgico. Pepe Ribes cruzaba otra vez el “charco” tras el abandono del “movistar” la pasada edición.
¿Cómo valora la etapa?
Creo que la etapa ha ido muy bien. En Boston nos planteamos por un lado ganar la meta volante, y lo hicimos, y por otro llegar lo más cerca del “Puma” posible teniendo en cuenta las condiciones de viento fuerte de popa que nos íbamos a encontrar. Al final se coló el “Green Dragon” entre nosotros. La etapa no ha sido perfecta pero podía haber ido mucho peor. Si el “Ericsson 3” no le hubiese dado a una ballena por ejemplo, seguramente hubiese sido uno de los barcos en el podium. El “Delta Lloyd” también es un barco muy rápido y ha estado navegando como nosotros o incluso más rápido.
El Océano Sur es mítico por sus borrascas y el viento fuerte pero el cruce del Atlántico Norte no ha sido nada fácil…
El Atlántico Norte es también muy característico por borrascas. Una diferencia con el Océano Sur es la ola, que son más grandes y pueden venir de cualquier dirección ya que las borrascas siempre giran y no hay tierra. Lo peor de todo, es que en el Océano Sur no estás cerca de nada y si te pasa algo es muy difícil que te recojan. El Atlántico Norte es una travesía más corta pero en la que las borrascas tienen mucha más fuerza. Las borrascas van muy rápido se aceleran mucho y hacen que el viento se acelere mucho. Pueden ser más violentas que las del Océano Sur pero con la diferencia que si te pasa algo allí no hay nadie y aquí por ejemplo hay mucho tráfico de mercantes y te pueden recoger relativamente rápido. En el sur si te pasa en el medio de Nueva Zelanda y Brasil, a 3.000 millas a tu alrededor no ha nada.
Personalmente, ¿con cuál se queda?
Son distintas, en esta última al ser más corta aprietas mucho más que en una de las del Sur de antes (cuando ibas de Nueva Zelanda a Río de Janeiro) donde se intentaba conservar más. En cambio, en ésta, muchas veces íbamos 6 personas en cubierta porque sabes que en 3 días se acaba. Hacíamos doble standby y todo el mundo hacía todos los cambios. En el sur sería impensable. En esas etapas como vas con “el pie un poco más levantado” te da la sensación que son menos estresantes.
Su primer cruce del Atlántico después de abandonar el “Movistar”, ¿qué sensación tuvo?
Está claro que en un proyecto de estos, si estás desde que lo ves en los dibujos hasta que te pones a navegar con él, el barco al final es tu casa. Si se te quema tu casa, se te inunda o la pierdes es una gran pena. Desde el punto de vista deportivo esto es una competición que se hace con los barcos más avanzados del mundo y, obviamente, se pueden romper. La campaña pasada me ha hecho aprender muchas cosas que ya he asimilado, ¡y no pasa nada más!. Vamos a tope y la verdad es que no me ha quedado ningún tipo de secuela. De hecho creo que el Atlántico Norte es un buen banco de entrenamiento. Si yo tuviese un proyecto que dependiese de mi, vendría a probar el barco al Atlántico Norte ya que puedes tener unas condiciones igual de fuertes que en el Océano Sur pero estás prácticamente al lado de casa o si tienes algún problema, puedes meterte en algún lado.
Tras la séptima etapa, el “Puma” está a punto y medio del “Telefónica azul,” ¿afecta este hecho a la hora de cómo plantearse las restantes tres etapas?
Yo creo que no nos afecta en nada, estamos como si estuviéramos empatados. Tenemos que ir a tope, de aquí hasta el final, como hemos ido ahora. Aquí ya no te puedes permitir fallos. El que lo haga mal seguramente se va a quedar fuera de la lucha, o el que tenga mala suerte, como le ha sucedido al “Ericsson 3” en esta etapa. Yo creo que ahora hay una pelea por el segundo puesto, que va a ser entre nosotros y el ”Puma”.
Comienzan ahora unas etapas muy distintas a las que se han enfrentado hasta el momento, mucho más cortas pero muy intensas. ¿Cómo las plantean?
Nosotros sólo tenemos el hándicap de los vientos fuertes de popa. Todo lo que no sea popa con viento somos igual de competitivos que el resto. Yo creo que va a ser muy difícil no encontrarnos algo de esas condiciones, pero no van a ser muchos días. Si tenemos un parte como cuando llegamos a Galway, con unos 25 nudos, saldremos de Irlanda ciñendo, tendremos un través hasta el Sur de Inglaterra y entraremos en el Canal de la Mancha y de popa yo creo que podemos tener a lo mejor unas seis horas. En teoría, en las próximas etapas no vamos a estar en desventaja, tenemos las mismas opciones que todos.
¿Cómo van a preparar el barco para la próxima etapa?
La preparación final del barco vendrá en función del parte meteorológico que nos llegará a mitad de la semana que viene que definirá tanto el inventario de velas como la preparación del barco en sí. Si es una etapa de poco viento, saldremos con el barco parecido a como vamos en una costera, si es una etapa de vientos medios que no se pueden predecir… Es una etapa de cuatro días en la que los partes están supercontrolados, son más exactos, pero en definitiva dependiendo del parte tendremos que adaptar el barco, como hemos estado haciendo en cada etapa. Mientras nos queden certificados de medición por quemar tenemos que adaptar al máximo el barco a las condiciones de la etapa
Saludos y buenos vientos
El viernes 14 de junio de 1968 salió de Falmouth el Suhaili, un pequeño queche, con una figura solitaria al timón: Robin Knox-Johnston, de veintinueve años. Diez meses y medio más tarde, un Suhaili oxidado, con la pintura desconchada y las velas rasgadas y marrones, volvió triunfalmente a Falmouth. Robin Knox-Johnston se había convertido en el primer hombre que había circunnavegado el mundo en solitario y sin escalas.
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