jueves, 3 de noviembre de 2011

Un gallego con 4 vueltas al mundo en regatas

Roberto Bermúdez de Castro: "Es un orgullo donde estoy".

Conocido en el mundo de la vela como Chuny, el gallego Roberto Bermúdez de Castro es uno de los regatistas oceánicos españoles con más experiencia. Lleva cuatro vueltas al mundo a sus espaldas: Galicia 93-Pescanova, Assa Abloy, Brasil 1 y Delta Lloyd. Ahora sumará su quinta al timón del CAMPER, a todos los efectos el mejor equipo del mundo. Su objetivo es ganar la Volvo Ocean Race.



Esta es una entrevista publicada por Jaume Soler  en el "Mundo Deportivo":

Estamos en puertas de una nueva Volvo. ¿Cómo se presenta?


Más igualada que nunca. Es la tercera edición con el mismo modelo y todo el mundo sabe muy bien donde se puede apurar más con la regla. Lástima que hay pocos barcos, pero los que hay son de un nivel muy alto. Cuando hay veinte barcos sabes que sólo cinco son los que pueden ganar, y en este caso pueden hacerlo todos, menos el chino, por lógica, al ser el último en llegar y navegar con una unidad antigua, pero luego te llevas sorpresas como la que dimos nosotros con el Delta Lloyd, que con un presupuesto bajo y con un barco viejo en la primera etapa de la pasada Volvo aún dimos la lata.

En las otras ediciones ABN-AMRO y Ericsson ganaron fácil. ¿Cree que esta vez volverá a pasar?

Yo creo que no. Habrá barcos que vayan mejor en unas condiciones y otros en otras, pero las diferencias serán muy pequeñas. Cada vez los equipos tienen más información, están más al día, habrá mucho más control. Es una regata donde el setenta por ciento del éxito se consigue antes de salir, es decir, con el diseño, las velas, la tecnología. Y luego tienes un treinta por ciento que se decide en el agua. Al no poder competir antes con nadie, sólo con el ordenador, cuando lo empiezas a probar de verdad es cuando compites. Una vez sales, la evolución de mejorar el barco y la tripulación te puede dar la victoria. Yo creo que va estar igualado hasta el final.




Los que repiten ¿tienen ventaja?


Por supuesto. Un equipo que tiene una o dos participaciones parte con un valor añadido. Tienes ya tu base, tus contenedores, tu manera de trabajar. Eso te da un poco de ventaja si lo utilizas bien.

Pero el CAMPER ha sido de los últimos en llegar a Europa.

El equipo decidió construir el barco en Nueva Zelanda donde tiene una base espectacular, de Copa América, con un equipo de tierra y organización del carajo. Con un jefe como Grant Dalton que marca el ritmo y es el primero que tira del carro. Es muy difícil competir con gente tan organizada y gente comprometida. Todo el mundo sabe dónde está y esto es muy importante, que nadie salga de su área. Todo el mundo rema hacia la misma dirección. El barco viajó en un mercante con tiempo suficiente.

Cuándo le llamó el New Zealand ¿que se le pasó por la cabeza?

Recuerdo que fue una semana bastante intensa, que te marca tu vida y la de tu familia. Recuerdo que estaba en el village de la Audi MedCup en Marsella con Ian Walker (Abu Dhabi) y pasó Grant Dalton; se quedó parado porque también hablaba con ellos. Estaba, como quien dice, en el mercado. Cuando llegó el caso lo hablé con la familia, había que ir seis meses a vivir al otro lado del mundo, pero claro, quien te llama es el New Zealand, así que...

Y cuando estaba instalado allí ¿cómo lo vio?

El día que me dieron las llaves de la base me di cuenta realmente de que estaba en el equipo. Subes, ves a los diseñadores, a un montón de gente trabajando...ves que estás en el mejor equipo del mundo como lo demuestran en la Copa América. Las condiciones familiares eran adecuadas, que CAMPER sea español también ayuda, es un valor añadido. Por tanto, estás en un sitio que merece la pena.

El New Zealand está en la Volvo, Copa América, la Extreme40...


Una de las cosas que te impresionan es que nuestro set lo forman ocho contenedores. Tienen una sinergia funcionando desde los años 80. Llegar y ver esto te demuestra que están en otra órbita. Se adaptan a todo y son ganadores natos. Tienen objetivos muy claros y son muy prácticos. Hay menos política. Consiguen dinero porque hacen las cosas bien. Empresas como Fly Emirates, CAMPER, Toyota, Nespresso...creen en ellos.

¿Le gustaría seguir tras la Volvo?

Mi contrato termina cuando acabe la Volvo, pero hay una cláusula que antes de irme a otro equipo tienen una preferencia sobre mi. Si les gusta como trabajas, sabes que puedes continuar y eso llena de orgullo.

¿Y su familia como lo lleva?

Mis hijos están acostumbrados a viajar, para la mayor ésta es su tercera vuelta al mundo, ya saben lo que es ir de un lado para otro, además Nueva Zelanda es un país muy práctico, el equipo te cuida y ayuda mucho, aunque también te pida compromiso.

La verdad es que no es normal ver a regatistas españoles en equipos anglosajones.

Sí los ha habido. Vila, Altadill, Calafat. Hay que ser conscientes de que la vela, de por sí, es anglosajona. Esto está cambiando un poco, en España hay gente muy buena en clases olímpicas, pero siempre ha sido así. Llegar y meterse en equipos extranjeros es más difícil. Y para mí no es la primera vez.

¿Por qué en España cuesta sacar adelante proyectos?
No es porque aquí seamos buenos o malos, es que fuera hay más. En la Volvo hay cinco barcos extranjeros y un español. No hay italianos, ni australianos, ni rusos...Al llegar a Nueva Zelanda, cuando enseñé los visados y en la aduana vieron que iba a trabajar con Dean Barker me abrieron todas las puertas. Aquello es otro mundo. En el colegio todo el mundo conoce a mi mujer porque su marido navega en el Team New Zealand. Disfrutas como un enano. Y la vida es mucho más fácil.

¿Se ve allí mucho tiempo?

Estoy en uno de los mejores equipos del mundo. En España montar un equipo ahora mismo es complicarte la vida. Yo tarde o temprano volveré a tener mi equipo, pero no ahora. Cuando te metes en un proyecto así tienes que estar al ciento por ciento. Ahora sólo pienso en intentar ganar esta Volvo y luego Dios dirá. Sólo conozco esta vuelta al mundo, si algún día participo en la Barcelona World Race y me gusta igual sigo.

¿Y la Copa América?

No lo sé. La Copa América está difícil, se navega en catamaranes y ahora mismo no me planteo más.


Saludos y buenos vientos.

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