viernes, 15 de mayo de 2009

V.O.R.- Hay una cuenta que saldar........

Para todos los aficionados que asiduamente seguimos esta regata, la fecha del 21 de mayo nos trae unos recuerdos muy intensos sobre lo que sucedio en esos dias en la pasada edición de la regata.....

“Tenemos una cuenta pendiente. Y tengo ganas de enfrentarme a ello. Espero que todo vaya bien esta vez”.

El viento soplaba sobre los 28 nudos y las olas eran grandes, por encima de los 6 metros en algunos casos. La tripulación del Movistar había estado en alta mar cerca de 10 días en su travesía por el Atlántico, cuando Jono Swain, que estaba a la rueda, se agarró ante un gran impacto.

"Recuerdo verme gritar a los chicos “agarraros, ahí vamos”, dijo, “era una ola muy grande”. El equipo había tenido que batallar con problemas serios en su quilla durante toda la regata, y cuando cayeron en el seno de la ola sucumbieron ante un dramático sonido.

"No fue un sonido agradable”, añade Swain. Comenzó una inspección bajo cubierta y lo que encontraron no fue nada bueno. Su catapultada caída en el seno de la ola tuvo como resultado que la quilla se descolgase del casco.

"En ese mismo momento supimos que teníamos un gran problema, ya que podíamos ver como entraba el agua”, relata Bouwe Bekking, el patrón del barco de Swain en aquella, y en esta ocasión a bordo del Telefónica Azul.

La situación no era tan preocupante como lo había sido un par de meses antes, en el Cabo de Hornos, cuando uno de los labios que cubren la salida de quilla se arrancó y torrentes de agua inundaron el barco.


El agua subía de altura dentro del barco muy rápido y apenas se quedó a 50 cm de haber provocado que en esa ocasión hubieran abandonado el barco. Tan sólo la bravía de Chris Nicholson consiguió salvar la situación, pese a los calambres que le supuso conectar las baterías –sumergidas ya bajo el agua-. Si esa operación hubiera fallado, hubieran tenido que abandonar el barco y sacar las balsas salvavidas, esperando que las condiciones frente al Cabo de Hornos hubieran sido más benévolas y les hubieran permitido ser rescatados por otro barco.


El 21 de mayo de 2006, con más de 300 millas a Lands End, el peligro no era tan inminente como en la ocasión anterior. Pudieron controlar la entrada de agua con las bombas de achique durante las primeras horas, mientras intentaban centrar y asegurar con cabos los 4500 kilos de quilla. Se emitió una señal de socorro y el ABN AMRO DOS cambió su rumbo hacia donde se situaba el Movistar.

"El momento de más miedo fue cuando teníamos dos de las bombas de achique funcionando para mantener el nivel de agua”, explicaba Jono. “Pero teníamos todo bajo control. Estábamos bien, durmiendo con nuestros trajes de supervivencia puestos y las bolsas preparadas. Las condiciones habían mejorado un poco y no era eso de “corre, saca las balsas salvavidas; no había tanta prisa. Cabo de Hornos fue realmente de pánico, fue mi peor experiencia en el mar. Esta vez estaba todo más controlado y organizado”.

La decisión a tomar era si abandonar el barco o intentar llegar a tierra como pudieran. “La decisión más difícil de mi vida”, llegó a decir Bouwe con el paso del tiempo.

3 años después vuelve a plantearse el dilema: “Pese a todos los problemas que tuvimos en la regata, éramos un barco rápido; estábamos luchando por el segundo puesto y de corazón queríamos acabar la regata, pero lo primero era sin duda la seguridad de la tripulación. Si hubiéramos podido salvar el barco lo hubiéramos hecho. Fue teníamos que tomar una decisión”.

En pocas horas, el ABN había llegado a la posición del Movistar, intentando sobrevivir a su propio drama. Tres días antes Hans Horrevoets había caído al agua y, pese a los increíbles esfuerzos por subirle a bordo lo antes posible, más tarde fallecía. Comenzó entonces el diálogo entre Bekking y Seb Josse, patrón del ABN, pero Bekking aún no estaba totalmente convencido de cual era la mejor opción a tomar.

Swain añadía:"Podía ver como Bouwe no quería tomar ninguna decisión porque no estábamos ante un peligro inminente. En ese momento el barco estaba asegurado y las condiciones habían mejorado. Pero lo que podría pasar de manera inminente le rondaba la cabeza, creo yo”.

El factor a tener en cuenta en ese momento era la meteorología. "En un radio de 40 o 50 millas ya había 50 nudos y mucha mar”, recuerda Jono Swain. “La tormenta se nos echaba encima y el ABN no quería continuar esperando más”.

"Sabíamos que venía una gran tormenta y el ABN no quería esperar allí a que la tormenta entrara con el cuerpo de Hans a bordo”, palabras de Bouwe Bekking.

“Nos dijeron que necesitaban una respuesta y nos decidimos”


"Bouwe es un hombre muy calmado, no es emocional y eso es lo que necesitas en esa situación”, comenta Swain. “No entró en pánico, así que la tripulación tampoco”. Teníamos presión por tomar una decisión, pero yo creo que en el fondo de si mismo, ya la había tomado. Nunca sabes lo que puede pasar, pero no creo que nadie hubiera querido tomar la decisión. Todos apoyamos la decisión de Bouwe”.

Apenas un día después de haber escuchado aquel terrible bramido bajo cubierta, la tripulación del Movistar se subió a las balsas salvavidas y fueron recogidos por el ABN.

Swain echa la vista atrás y recuerda: "Recuerdo que Pepe Ribes –capitán del barco- fue el último en abandonar el barco y dijo, “ahí van dos años de trabajo”, y yo creo que era así.”

"Mi última imagen del barco fue verle balancearse sin velas. Fue triste decir adiós a nuestro barco. Pero no creo que sea un sentimental con eso; ese barco había tenido muchos problemas. Y lo cuidamos durante toda la vuelta al mundo”.


Puedes pensar que Bekking lo recuerda de vez en cuando: “Nunca”, cierra el holandés. “No he pensado en ello, excepto aquí en Boston porque mucha gente me lo ha preguntado. Es una de esas cosas en las que no piensas, está ahí y ya. No puedes cambiar el pasado”.

"Fue algo que no nos hizo sentir bien, pero por otro lado ni los chicos ni yo estaríamos hoy aquí si esa llamada a la balsa no se hubiera hecho. Yo creo que es una de las mejores decisiones que tomamos”

Swain, por su parte, está contento por tener por delante la etapa de nuevo.

“Tenemos una cuenta pendiente. Y tengo ganas de enfrentarme a ello. Espero que todo vaya bien esta vez”.


Saludos, buenos vientos y buena suerte Movistar Blue y Movistar Black

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