Pilar Pasanau se sitúa tercera en distancia teórica a la línea de llegada.
La flota, tras pasar los estrechos canarios, estudia las condiciones meteorológicas para llegar pronto a la zona tropical de viento.
Después del paso de la flota del Gran Prix del Atlántico por la puerta de Marina Rubicón, las embarcaciones han ido a buscar los vientos Alisios al Sur de las Canarias.
Siguen íideres, en tiempo real, las embarcaciones del catalán Alex Quer, Niob Sexto Cheyenne, que se encuentra a 2.889 millas de la llegada al puerto de Santo Domingo (en proximidad directa entre barco y punto de llegada) y el canario Lucio Pérez a bordo del Macaco, que está a 2.921 millas.
Importante remontada de Pilar Pasanau.
Destacar la importante remontada que está realizando la navegante en solitario Pilar Pasanau, a bordo del Iberdac-Gaes, que se ha adentrado en el canal de Tenerife, para buscar el efecto embudo de viento que se genera entre islas y acercarse lo más rápido posible a la zona donde se generan los Alisios, vientos, que serán lo que habrán de impulsar a la flota hacia República Dominicana. Ahora es la tercera mejor situada en cuanto proximidad a Santo Domingo, a una distancia de 3.030 millas.
Las tácticas de los navegantes han sido muy variadas. Hay un grupo de embarcaciones que se encuentrasn a unas 3.100 millas, equidistantes de sus posiciones con el puerto de llegada, como son el Acrobat, Mission Skipper, Infoveleros, Cinc Llunes, que ya han superado la isla de Fuerteventura.
Pero a la misma distancia teórica se encuentran el Falutx y Estrella Maris que aún no han doblado la isla de Fuerteventura.
El Papaya, que ha optado por seguir por el lado de barlovento de la isla de Fuerteventura, se encuentra posicionado a 3.104 millas de Santo Domingo.
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Saludos y buenos vientos
El viernes 14 de junio de 1968 salió de Falmouth el Suhaili, un pequeño queche, con una figura solitaria al timón: Robin Knox-Johnston, de veintinueve años. Diez meses y medio más tarde, un Suhaili oxidado, con la pintura desconchada y las velas rasgadas y marrones, volvió triunfalmente a Falmouth. Robin Knox-Johnston se había convertido en el primer hombre que había circunnavegado el mundo en solitario y sin escalas.
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