El barco español se posiciona en el mar de Alborán para pasar al Atlántico.
Los de Altadill y Rivero siguen cerca del resto de la flota de la Istanbul Europa Race tras una noche complicada.
Si algo está quedando claro en las dos primeras jornadas de esta última etapa en la Istanbul Europa Race, entre Barcelona y Brest (Francia), es que el Mediterráneo es todo menos aburrido. Con unas condiciones de tormenta siguiendo a la flota durante casi todo el recorrido, y un viento que rara vez ha bajado de los 15 nudos, el Estrella Damm y sus rivales han tenido que trabajar duro en cubierta. El barco español está luchando para defender su liderato de la clasificación general, donde se encuentra empatado a puntos con el Foncia y el Groupe Bel , por lo que el primero de los tres barcos que llegue a Brest será el ganador absoluto de la Istanbul Europa Race.
Es un momento decisivo en el mar de Alborán, y cada barco está eligiendo su estrategia de acercamiento al Estrecho de Gibraltar, donde puede producirse un reagrupamiento. En el parte de posiciones de las 10 de la mañana, el Estrella Damm figuraba en quinta posición a 35,2 millas del actual líder de la flota, el Foncia. Todo está por decidir para el barco de Pachi Rivero y Guillermo Altadill. Como éste afirmaba, lo primordial para el Estrella Damm es mantenerse cerca de cabeza en estas primeras millas, ya que la etapa es larga (1900 millas) y habrá alternancia en las posiciones.
A este respecto, durante las últimas 24 horas, el barco español ha figurado como segundo, primero, tercero y quinto en los sucesivos partes de posiciones, siempre con cortas distancias y muy relativas frente a sus rivales. Un momento clave durante la noche ha sido el paso por el Cabo de Gata la pasada noche, uno de los momentos de transición entre vientos crucial de este tramo mediterráneo de la etapa. El Estrella Damm ha decidido alejarse de tierra en busca de mejor viento, mientras sus principales rivales se quedaban cerca de costa. El viento era “muy inestable en la zona”, como explicaba Antoine Mermod, tripulante del Estrella Damm. “Fue una buena opción que nos puso líderes al final de la tarde, pero después hubo una nueva transición y nos hemos quedado frenados durante dos o tres horas”, comentaba el francés.
Mermod hacía su valoración de las primeras dos jornadas desde que dejaron Barcelona: “Han sido las condiciones más difíciles hasta el momento desde que la regata empezó en Estambul. Las dos noches han dado bastante miedo, con rayos y truenos a todas horas y muchísima lluvia. Había agua por todas partes y fuertes rachas: un viento muy cambiante. No ha sido nada fácil navegar en estas condiciones”. Mermod afirma que ahora el viento es más estable, con unos 20 nudos del Oeste y el barco ciñendo a entre 10 y 12 nudos.
Con un fuerte viento de proa en el Mar de Alborán y las tripulaciones trabajando sin descanso en cada maniobra, el acercamiento a Gibraltar se anuncia lleno de emociones para el Estrella Damm y sus rivales. “Es difícil decir cuando llegaremos al Estrecho, porque aún tenemos que acercarnos a la costa africana y hacer un par de viradas”, explicaba Mermod. “El barco está al 100 por cien y nosotros lo estamos dando todo”, decía el francés. “Queda mucho para terminar (más de 1000 millas hasta Brest, unos siete días de navegación) y vamos a tener muchas opciones”, concluía el Mermod.
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Saludos y buenos vientos
El viernes 14 de junio de 1968 salió de Falmouth el Suhaili, un pequeño queche, con una figura solitaria al timón: Robin Knox-Johnston, de veintinueve años. Diez meses y medio más tarde, un Suhaili oxidado, con la pintura desconchada y las velas rasgadas y marrones, volvió triunfalmente a Falmouth. Robin Knox-Johnston se había convertido en el primer hombre que había circunnavegado el mundo en solitario y sin escalas.
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