Yann Guichard an la 'bici' del Spindrift 2 © Chris Schmid/Spindrift racing |
“Físicamente esto es como escalar el Everest”.
Esas eran las palabras de Yann ayer en el video de a bordo enviado desde Spindrift 2, el trimarán más grande de la clase Ultime, con 40 metros de eslora. Su voz es clara y pausada, pero se advierte la falta de sueño acumulada desde la salida de Saint-Malo el domingo pasado. El skipper sabía que gobernar en solitario este barco concebido para la navegación en equipo sería una de las pruebas más exigentes de su carrera pero confiesa que no imaginaba que esta Route du Rhum sería físicamente tan dura. Manteniendo la segunda posición cuando se encuentra a mitad del recorrido, el patrón de Spindrift 2 pone a prueba sus límites cada día y está realizando una gran hazaña.
Spindrift 2 fue el primero en salir ayer por la tarde de la zona vientos débiles y desde entonces navega a unos 25 nudos de viento y bien situado bajo el anticiclón de las Azores. Yann maneja la superficie vélica más grande de la flota, con 800 metros cuadrados. “He maniobrado poco estas últimas horas y he podido descansar”, comentaba esta mañana. “Sinceramente, no podía imaginar que esta prueba sería tan exigente a nivel físico. Ahora que estoy en el alisio, tendré que elegir bien la trayectoria con mis routiers para limitar las maniobras y permitirme aguantar hasta el final”.
A medio camino
El líder de la clase Ultime, Loïck Peyron, se encuentra ya a medio camino, y Yann no va a tardar en llegar. Spindrift 2 mantiene una distancia de 170 millas respecto al líder y se encuentra muy lejos de sus perseguidores. El tercero, Lionel Lemonchois, está a más de 300 millas de la cabeza de la flota. “Es cierto que Loïck se ha escapado, pero yo he conseguido salir de la zona de calma mejor que mis adversarios”, añadía Yann. “Avanzo con un viento de entre 12 y 20 nudos, deslizándome sobre un mar a 25 grados bajo un sol radiante y un cielo típico del alisio con pequeños cúmulos”.
Yann Guichard a bordo del Spindrift 2 © Chris Schmid/Spindrift racing |
Aguantar hasta Pointe-À-Pitre
El lunes se espera que los primeros crucen la línea de llegada. Aunque las previsiones deben tomarse con precaución, no hay duda de que Yann va a tener que apretar al máximo protegiendo tanto el barco, que acumula millas, como su propio organismo. “Hay que hacer una buena ruta en el Atlántico pero también dormir y alimentarse lo suficiente para llegar al final. Mentalmente no hay problema, pero físicamente es duro”.
Fiel a su historia, la Route du Rhum termina con una vuelta a la isla de Guadalupe por el norte, generalmente en condiciones muy ligeras. Estas últimas horas de regata exigen que los navegantes conserven energía en la medida de lo posible, para poder enfrentarse a este último desafío antes de la llegada.
Saludos y buenos vientos.
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