Altair © Panerai Transat Classique 2015 |
Con la presencia de la goleta Altair, construida en el año 1931, en la línea de salida el 7 de enero de 2015 se confirma, -si es que hacía alguna falta confirmarlo- la creciente reputación de la Panerai Transat Classique en el animado mundo de la vela clásica. Y animado es poco si tenemos en cuenta que su compañera participante, la goleta Faiaoahe, después de cruzar la línea de llegada en Martinica se dirigía al Pacífico y varió los planes para estar presente en esta edición de la Panerai.
Pero volvamos al Altair. La incorporación de la legendaria goleta en la Panerai Transat Classique 2015 seguramente levante el entusiasmo entre los aficionados a los barcos de vela clásicos. Diseñado por William Fife III, un genio de la arquitectura naval cuando se trataba de la elegancia y la armonía de las formas, este impresionante buque de vela simboliza para muchos el renacimiento de la navegación a vela tradicional durante la década de 1980. En aquel entonces los barcos supervivientes de la época dorada de la navegación a vela eran pocos y muy distantes unos de otros. Los que tuvieron la suerte de no acabar sus días en el cieno y lodo de algunas calas anónimas, sufrían la falta de mantenimiento o modificaciones desafortunadas. Pero este no era el caso del Altair.
Altair © Panerai Transat Classique 2015 |
Seguridad y rendimiento.
Pero como señala el que es su patrón desde hace nueve años, Stephane Benfield, la entrada de la goleta de 130 pies Altair en la Panerai Transat Classique 2015 es un verdadero desafío. "No estamos aquí sólo para tomar parte y ser uno más. Nuestro objetivo es conseguir el máximo rendimiento de un barco que fue diseñado para este tipo de eventos". Y de hecho lo era. En una carta de fecha 1929, Sr. MacCaw, el hombre que encargó la construcción de Altair, se refiere en términos muy claros a William Fife III que lo que quería era "un brazo de mar, un crucero seguro, un crucero para poder ir a las islas de los mares del sur sin ningún temor". Esa circunnavegación quizás nunca haya ocurrido,- tal vez algún día -, pero Stephane cree en las capacidades de su cargo cuando se trata de viajes de larga distancia. "Ya he hecho dos viajes de vuelta cruzando el Atlántico con el Altair. La goleta fue construida para eso, con un mástil corto y una quilla pesada. Ella está como en su casa en mar abierto y con viento fresco de popa, mucho más que las regatas en torno a tres boyas. "Para asegurar el éxito de su cruce Atlántico, Stephane ha montado un gran equipo. Además de la tripulación habitual de siete hombres, la tripulación se complementará con las dos hijas del propietario actual y otros tres hombres que están familiarizados con el manejo de velas cangrejas. "Quiero ser capaz de izar el spinnaker y el gollywobbler (vela cuadrada situada entre el palo mayor y el trinquete de una goleta) así que necesito una tripulación experimentada. Tener un gran equipo es muy importante para la seguridad, que es mi prioridad, y nos permitirá llegar a Martinica sanos y salvos”.
Y luego... el Pacífico!
Una vez en las Indias Occidentales, la goleta Altair tiene preparada un completo programa de navegación bajo la vigilancia constante de Stephane: "Tenemos la intención de participar en los diferentes eventos en el Caribe, incluyendo el Caribe 600 [una regata de 600 millas entre San Martín en el norte y Les Saintes en el sur], la San Barth's Bucket Regatta y la Antigua Classic Yacht Regatta". Y para el viaje de regreso? "Podríamos continuar hacia el oeste, a través del Canal de Panamá, para descubrir otro océano. Y luego completar la circunnavegación para la que el Altair fue construido hace ochenta años..." Un proyecto fabuloso que coincide con los planes de otro gran velero de la flota Panerai Transat Classique, el Faiaoahe.
Faiaoahe © Panerai Transat Classique 2015 |
El gran balandro con aparejo sloop de Rémy Gérin, que conquistó el segundo lugar en tiempo real en la primera Transat Classique en 2008, no piensa en regresar a Europa la próxima primavera ya que su idea es la de continuar navegando en el Océano Pacífico. "A principios de abril navegaremos a motor a través del Canal de Panamá y luego podremos rumbo hacia las Islas Galápagos. Luego, en junio pondremos rumbo hacia el gran viaje a la Polinesia, donde pasaremos el verano con la familia". Pero Rémy no tiene intención de detenerse allí.
Moitessier, el Cabo de Hornos y la ballena
Con el Faiaoahe, su bonito Espíritu de Tradición diseñado por Guy Ribadeau-Dumas en 2006, Rémy Gérin quiere cumplir un sueño: "En el otoño vamos a dirigirnos hacia el sur, hacia Ushuaia donde, en enero, vamos a tomar parte en una de las eventos organizados por Lionel Péan, el cual formará parte de la Drake & Horn Regatta 2016. A continuación recalaremos en Río de Janeiro antes de volver a casa, a Francia, a través de las Azores en el verano de 2016". Con un total de más de 15.000 millas náuticas, el Faiaoahe emprenderá un viaje digno de Bernard Moitessier y de su fiel Josué. ¿Quién dice que los veleros clásicos no navegan? Mientras tanto Rémy ha cumplido con lo prometido con su barco en las Islas Canarias, en una agradable regata: "El punto culminante del viaje tenía que ser un baño en Casablanca, en una calma chicha, en compañía de... una ballena. Magia!". Para la Panerai Transat Classique del 2015, el Faiaoahe tendrá un complemento de diez:" No habrá mujeres, hombres, jóvenes, no tan jóvenes... será una feliz mezcla dedicándose a la buena mesa, a la música y a la vela. El tamaño de la tripulación significa que siempre vamos a tener tres personas en cubierta, incluso por la noche, así que vamos a ser capaces de sacar lo mejor de ella. La competencia va a ser formidable". Así que, mientras que el Altair está esperando para regatear en Martinica el próximo 7 de enero en compañía del resto de la flota de la Panerai Transat Classique 2015, el Faiaoahe está descansando en Marina Lanzarote soñando con la "mare incógnita" que está por venir.
Saludos y buenos vientos.
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