© Ainhoa Sanchez/Volvo Ocean Race |
Sexto puesto para el Team SCA: lucha sin cuartel hasta el final.
Después de una noche sin dormir y una buena dosis de inteligente estrategia, el Team SCA finalmente superó al barco español MAPFRE esta mañana, para ocupar el sexto lugar, justo antes de cruzar la línea de meta. Esta batalla se ha estado librando desde hace días, pero fue a la sombra de la majestuosa Table Mountain donde el Team SCA le dio al MAPFRE el golpe de gracia.
"Se siente muy bien!", dice riendo Libby Greenhalgh a bordo del barco Rosa. "Hemos estado luchando duro para ello a lo largo de los últimos tres días. Y entonces nos despertamos esta mañana a falta de ocho o nueve millas para meta pero sabiendo que teníamos un oportunidad fantástica en la última hora y media de regata."
© Charlie Shoemaker/Volvo Ocean Race |
Tres nudos, dos nudos, un nudo... la tripulación de Iker Martínez sufría por soltarse de las garras de Ciudad del Cabo. Eso le dio al Team SCA un resquicio de luz, la pequeña posibilidad que necesitaban para asaltar la sexta plaza.
© Charlie Shoemaker/Volvo Ocean Race |
"Habíamos decidido navegar por la ruta más larga los últimos dos días", sonríe Libby. "Siempre la mejor opción es la ruta más rápida, pero cuando estás compitiendo contra otro barco, sus opciones dependen de lo que hacen. Eligieron una ruta de mayor riesgo, con la esperanza de recortar".
© Charlie Shoemaker/Volvo Ocean Race |
En la proa, Annie Lush respira profundamente. Está sudorosa, ha estado toda la mañana con el corazón en un puño, pero ya puede descansar. "Anoche, con 33 nudos, teníamos puestos los trajes de supervivencia!", comenta Annie Lush, riéndose. "No había lugar para dormir, solo muchos cambios y viento. De hecho, cuando llegué a mi litera pensé que me desplomaba. Y entonces terminamos, básicamente sin viento, pero es agradable adelantar al barco español", añadió.
© Charlie Shoemaker/Volvo Ocean Race |
El MAPFRE sufre hasta el final.
© Charlie Shoemaker/Volvo Ocean Race |
Probablemente ésta haya sido una de las etapas más largas de una vuelta al mundo en la vida del regatista y medallista olímpico guipuzcoano. No sólo por las 6.478 millas náuticas de distancia oficial, casi 8.000 en la práctica, sino por lo complicado que ha resultado para una tripulación que partía como favorita, y que ha acabado en última posición, cuando el viento les ha jugado otra mala pasada a sólo 6 millas de la llegada. El MAPFRE ya veía claramente el frente marítimo de Ciudad del Cabo, cuando Martínez ha enviado a lo alto del mástil al brasileño André Fonseca, uno de sus hombres, buscando cualquier brizna de viento que les ayudara a acelerar hasta el final. Querían evitar así lo que, a juzgar por sus serios semblantes, ya se temían: que las chicas los rebasaran, lo que ha acabado por suceder.
"Estamos positivos, pero la verdad es que lo último que ha pasado...ya ha sido demasiado", decía Iker Martínez, con semblante serio, nada más llegar al pantalán. "Me gusta mucho Cape Town, pero no creo que tengamos mucho tiempo para disfrutarlo. Tenemos una lista muy larga de cosas que mejorar".
Probablemente ésta haya sido una de las etapas más largas en la vida de Iker Martínez, no sólo por las 6.478 millas náuticas de distancia oficial, sino por lo complicadas que han sido.
© Charlie Shoemaker/Volvo Ocean Race |
© Charlie Shoemaker/Volvo Ocean Race |
Sin embargo, el paso por los doldrums o calmas ecuatoriales, uno de los momentos decisivos de la etapa 1, a mediados de octubre, no salió como esperaban, y fue aquí donde perdieron un terreno que no pudieron volver a recuperar. MAPFRE entró en esta zona, una de las más difíciles de preveer meteorológicamente hablando del planeta, en el grupo de cabeza, y se situó en una posición central respecto a los demás. Pero fueron las opciones más al Este y al Oeste las beneficiadas por el viento, y los de Iker Martínez se quedaron estancados. Así, eran sextos cuando, por fin, conseguían salir de los doldrums, cruzar el Ecuador, y llegar a la costa brasileña.
A partir de este momento la batalla de MAPFRE se desarrollaba con lo barcos de la retaguardia, Team Alvimedica y Team SCA, y consigo mismo. En busca de alternativas a la estrategia de la flota que le permitieran remontar, Lunven se pegaba de nuevo a la costa, en este caso la brasileña, y se mantenía al Oeste de la flota rumbo Sur, en busca de los vientos que soplan en el paralelo 40 en dirección Oeste-Este, hacia Ciudad del Cabo. "Lo importante es no perder ese tren ahora. Si no cogemos el mismo que el resto de la flota, adiós", explicaba entonces Iker Martínez. En aquél momento 359 millas les separaban del líder, una distancia que el vasco aún no consideraba insalvable. Pero cuando ésta se fue incrementando y aún les quedaban unas 1.000 millas para la llegada (1.852 kilómetros), decidieron buscar el viento algo más al norte, y se metieron en el borde de un anticiclón, lo que acabó con sus esperanzas.
Viéndole los dientes al lobo, o el pelo trenzado a las tripulantes del barco femenino, Lunven decidía irse para tierra, y se han quedado sin viento.
Era el 1 de noviembre, Team Alvimedica ya se había escapado, y de aquí en adelante lo que les quedaba era intentar llegar lo antes posible, vigilando a las chicas del Team SCA en la retaguardia. "Llegar a tierra, sacar conclusiones de esta etapa, y prepararnos para la segunda", decía Francisco Vignale, reportero a bordo del equipo. Ya entonces sabían que la fortaleza mental para recuperarse de esta dura etapa "donde no estuvimos donde teníamos que estar", resumía Martínez, sería vital para encarar la siguiente con éxito. Lo que no esperaban era el varapalo final de ser adelantados a seis millas por las chicas de Team SCA. Viéndole los dientes al lobo, o las trenzas a las tripulantes del barco femenino, Lunven decidía, una vez más, irse para tierra, donde les esperaba un pozo de viento que les ralentizaba hasta los 3 nudos de velocidad, mientras que el barco rosa, viendo la jugada, se mantenía al norte y les ganaba la partida.
© Ainhoa Sanchez/Volvo Ocean Race |
Saludos y buenos vientos
No hay comentarios:
Publicar un comentario