Hoy, a las 19 horas, salida de Ambrose Light.
Finalmente, tal como estaba previsto, la meteorología ha dicho la última palabra y hoy jueves a las 13:00 hora de Nueva York (19:00 hora española) el Estrella Damm, copatroneado por Alex Pella, Pepe Ribes y Stan Schreyer y el W Hotels, por Pachi Rivero, Toño Piris y Peter B. Becker, cruzarán el meridiano de Ambrose Light y se lanzarán a cubrir las aproximadamente 3.750 millas náuticas (6.945 km) que les separarán de Barcelona. Su objetivo es marcar un hito histórico en la vela oceánica: el establecimiento del primer récord entre Nueva York y Barcelona.
Según Marcel Van Triest, el meteorólogo oficial del New York - Barcelona Transoceanic Sailing Record, las condiciones serán idóneas para que los barcos naveguen a muy alta velocidad durante las primeras horas. Vientos del SO al OSO de 17 a 19 nudos permitirán a los dos IMOCA Open 60 salir muy rápido de Ambrose Light y la clave para las siguientes 48 a 60 horas será lograr mantenerse por delante del frente que se desplazará desde el continente americano al Atlántico. “Van a tener que luchar duro para mantenerse por delante del frente - comenta Van Triest - ya que saldrán hacia el final de la ventana meteorológica idónea”.
La salida inaugural se dará frente a North Cove Marina, con una línea que establecerá el New York Yacht Club. Será el momento culminante de la ceremonia de despedida que el club y la ciudad de Nueva York dispensará a los barcos. Una vez dado el pistoletazo a las 11:00 (17:00 hora española), el Estrella Damm y el W Hotels navegarán a través de la Lower Bay neoyorquina hacia el puente de Verrazzano y saldrán al Atlántico hacia Ambrose Light. Los dos equipos se pondrán de acuerdo para cruzar el meridiano de la baliza prácticamente al unísono, momento en el que los jueces del World Sailing Speed Record Council pondrán en marcha los cronómetros oficiales que medirán el tiempo de cada barco.
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Buena travesía y buenos vientos
El viernes 14 de junio de 1968 salió de Falmouth el Suhaili, un pequeño queche, con una figura solitaria al timón: Robin Knox-Johnston, de veintinueve años. Diez meses y medio más tarde, un Suhaili oxidado, con la pintura desconchada y las velas rasgadas y marrones, volvió triunfalmente a Falmouth. Robin Knox-Johnston se había convertido en el primer hombre que había circunnavegado el mundo en solitario y sin escalas.
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