Pornichet- San Vicente de la Barquera - Pornichet.
La regata Trophée Sailtica llegará a San Vicente de la Barquera el 4 de mayo.
El pasado fin de semana en el puerto de Pornichet (Francia) se dio el pistoletazo de salida para la Sailtica 2014 que se disputará entre los días 2 y 10 de mayo próximo. La regata Sailtica reivindica el pasado celta de las costas atlánticas de Francia, Inglaterra y España. Cubre un recorrido de 250 millas entre la localidad francesa de Pornichet y la de San Vicente de la Barquera, hermanadas desde el 8 de septiembre de 1990. Esta regata acoge embarcaciones monocasco desde 8,50 metros y multicascos de más de 9 metros.
Según anunció la organización son ya 33 los barcos inscritos en esta regata con un poircentaje cercano al 35% de barcos que van navegar en solitario o a dos. Este año, la Transquadra, para regatistas mayores de 40 años, ha elegido la Sailtica como regata de clasificación, confiriendo así una mayor importancia a la prueba.
Marc Dahringer , director de la regata nombrapo por la Ligue de Voile des Pays de Loire: "Mi principal preocupación será la de garantizar la seguridad de los barcos y de los competidores. Ya tenemso 33 barcos isncritos y la Transaquadra establece esta regata como clasificatoria, así que tenemos un buen número de regatistas que navegarán en solitario o a dos. Gracias este impulso, el nivel deportivo asciende un escalón, aunque se mantiene el agradable ambiente y el espíritu de convivencia que siemrpe reino en este evento".
Norbert Pinto, patrón del Buena Esperanza, que repoite por segundo año consecutivo: "El año pasado nos habíamos inscrito como un crucero familiar... Este año estamos muy contentos de regresar a España navegando a barlovento, el cual espero que sea más indulgente que en Inglaterra. ¿El objetivo? ¡Hacer la doble travesía!".
Saludos y buenos vientos
El viernes 14 de junio de 1968 salió de Falmouth el Suhaili, un pequeño queche, con una figura solitaria al timón: Robin Knox-Johnston, de veintinueve años. Diez meses y medio más tarde, un Suhaili oxidado, con la pintura desconchada y las velas rasgadas y marrones, volvió triunfalmente a Falmouth. Robin Knox-Johnston se había convertido en el primer hombre que había circunnavegado el mundo en solitario y sin escalas.
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