El británico Mike Golding ha cruzado la línea de llegada de la Vendée Globe a las 19 horas 38 minutos 26 segundos (hora española) y se ha adjudicado la sexta posición de esta vuelta al mundo en solitario, sin escalas y sin asistencia. De esta forma se ha convertido en el primer navegante que consigue acabar tres Vendée Globe (2000-2001, 2004-2005, además de la actual). Golding ha acabado 6 horas, 23 minutos y 28 segundos detrás de Jean Le Cam, con quien ha mantenido un largo duelo por la quinta plaza desde principios de diciembre. Su diferencia con el vencedor, François Gabart, ha sido de 10 días, 4 horas, 19 minutos y 46 segundos.
Llegada del Gamesa © Jean Marie Liot/DPPI/VENDEE GLOBE |
Su tiempo de regata ha sido de 88 días, 06 horas, 36 minutos y 26 segundos. Su velocidad media sobre el recorrido ha sido de 11,5 nudos. Ha recorrido 27.281,35 millas sobre el agua, a una velocidad media de 12,9 nudos. La distancia teórica del recorrido es de 24.394 millas.
Con aspiraciones de podio.
Mike Golding empezó su cuarta Vendée Globe con muchas esperanzas de acabar en el podio. No en balde en la pasada edición iba primero cuando tuvo que retirarse al romper el mástil en el Gran Sur. En las regatas oceánicas más recientes, como en la Transat Jacques Vabre y la B2B, se había mostrado muy competitivo.
Goplding en la proa de su Gamesa © Jean Marie Liot/DPPI/VENDEE GLOBE |
Un duelo apasionante.
El duelo entre Golding y Jean Le Cam ha sido uno de los puntos de mayor interés de la regata. No solo tienen una edad y una experiencia en la clase IMOCA similares, sino que los dos tuvieron que renunciar a su programa de entrenamiento previo a la vuelta al mundo, el francés por tratarse de un proyecto de última hora, y el británico porque rompió el mástil a principios de mayo. Por ello Golding, al igual que Le Cam, optó por dedicar la mayor parte de su tiempo a preparar el barco para asegurar su fiabilidad.
Mike Golding cumpliendo con el ritual © Jean Marie Liot/DPPI/VENDEE GLOBE |
Tres cincuentones.
En los primeros momentos de la regata, durante la bajada del Atlántico, Golding confesó que le costaba coger el ritmo de la competición, y protestó contra la sanción impuesta por no haber respetado las zonas de separación del tráfico marítimo a la altura del cabo de Finisterre.
Golding fue uno de los tres componentes del grupo conocido como los viejos rockeros y los tres mosqueteros, y bautizado por Jean Le Cam como gánsteres a la fuerza, en recuerdo de una popular película en Francia del siglo pasado. Le Cam, Golding y el suizo Dominique Wavre conformaron un pelotón que aguantó el ritmo de los líderes hasta la llegada al océano Austral.
Última Vendée Globe.
El duelo personal entre Golding y Le Cam tuvo sus altos y sus bajos. A la entrada del Pacífico, el francés pudo galopar a favor de una depresión un poco más que el británico y empezó a construir una ventaja que llegó a ser de casi 500 millas. Pero el patrón del Gamesa recortó la diferencia antes de doblar el cabo de Hornos, punto en el que se convirtió en el primer navegante en hablar doblado seis veces –tres en cada dirección- la punta meridional de América en solitario. Allí empezó una remontada del Atlántico Sur que, si bien le permitió seguir acercándose a Le Cam, fue extraordinariamente lenta y dolorosa. En un momento determinado, la diferencia entre los dos barcos fue solo de 0,7 millas, aunque antes del Ecuador el francés recuperó parte de su ventaja.
El ataque final lo reservó Golding para la aproximación del anticiclón de las Azores. El británico intentó recortar el camino por el Este, mientras el bretón optó por rodear las altas presiones por el oeste. En un momento determinado Golding se colocó delante y cobró ventaja. Pero la encalmada duró más de lo previsto por el patrón del Gamesa y finalmente tuvo que volver a ceder la quinta posición.
Mike Golding ha anunciado que esta sería su última Vendée Globe. Una vez más, ha demostrado ser un gran profesional, un duro regatista que muchas veces ha conocido el éxito. Pero esta ha sido una regata especialmente difícil para él, Le Cam y Wavre, que nunca tuvieron las buenas borrascas de que disfrutó el grupo de los líderes en el Gran Sur.
Saludos y buenos vientos
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