Javier Sansó ha enviado esta nota de agradecimiento a cuantos participaron en su salvamento y explicando lo que sucedió.
"Todo ha sido muy rápido. Alrededor del mediodía de ayer, navegaba ciñendo con unos 20 nudos del NE y acababa de enviar una comunicación a la dirección de regata informando de mi posición y del buen funcionamiento de los sistemas energéticos. De repente, estando en cubierta listo para soltar un rizo, un fuerte ruido hizo estremecer el barco que escoró bruscamente, lo que me hizo caer al agua antes de que pudiera reaccionar. Desde el agua vi como el barco seguía escorándose rápidamente hasta volcar. Pude nadar hasta el espejo de popa y activar la balsa salvavidas, donde embarqué. Permanecí en ella durante toda la tarde hasta bien entrada la noche. Durante las horas de sol aproveché para secar un poco la ropa. Pero debido a la fuerte marejada no fui capaz de amarrarme al barco con lo que rápidamente empecé a alejarme de él.
A las 1800 avisté el avión de Salvamento Marítimo al que hice señales con una bengala. El avistamiento del avión me tranquilizó sobremanera y me dio la confianza de saber que todo estaba funcionando y que se estaba gestionando la emergencia correctamente.
Sobre las 23:55 oí de nuevo ruido de motores y observé un helicóptero maniobrando en las inmediaciones del barco, alejado de mi posición unas dos millas. La noche era muy cerrada y por un momento dudé de que me avistaran a mí. Tras encender mi última bengala el helicóptero se dirigió hacia mí, un nadador de rescate saltó al agua y me colocaron un arnés para ser izado. En el helicóptero un médico me examinó y comprobó que estaba en buenas condiciones físicas.
Ahora estoy en la base aérea de Lajes en Terceira, a quienes agradezco su hospitalidad. Pero quiero subrayar de todo corazón las atenciones y cordialidad de los equipos de rescate portugueses, así como el trato que estoy recibiendo aquí en la base. A partir de ahora, y tras el preceptivo descanso, se trata de preparar con mi equipo la operación de recuperación del barco, y así entre otras cosas poder evaluar con toda exactitud qué es lo que ha pasado.
Quiero agradecer en primer lugar a ACCIONA, a mi equipo, y a la organización de la regata por la celeridad con la que manejaron la emergencia, y sobre todo al Servicio de Salvamento Marítimo por la impecable operación de rescate en el límite operativo de autonomía del helicóptero. Y, por supuesto, muchas gracias a todos aquellos que me habéis seguido y anoche os preocupasteis de mí.
Un fuerte abrazo. Bubi"
Saludos y buenos vientos
El viernes 14 de junio de 1968 salió de Falmouth el Suhaili, un pequeño queche, con una figura solitaria al timón: Robin Knox-Johnston, de veintinueve años. Diez meses y medio más tarde, un Suhaili oxidado, con la pintura desconchada y las velas rasgadas y marrones, volvió triunfalmente a Falmouth. Robin Knox-Johnston se había convertido en el primer hombre que había circunnavegado el mundo en solitario y sin escalas.
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