Como ya les sucedió a otros con anterioridad (Marc Guillemot, Roland Jourdain, Mike Golding...), Jean-Pierre Dick navegando a bordo del Virbac Paprec 3, acaba de sufrir un golpe terrible y cruel en esta 7ª Vendée Globe. A las 23:45, cuando navegaba en 3ª posición de la Vendée Globe, a algo más de 2.000 millas de Les Sables d'Olonne y a menos de una semana de la llegada estimada, el patrón de Niza acaba de perder completamente su quilla (la vela y el bulbo). Una avería grave que hubiera podido volcar el barco sin posibilidad de ponerse de nuevo en pie. Ha sido necesaria toda la experiencia del patrón, mucha sangre fría y un poco de suerte para evitar lo peor.
Virbac-Paprec 3 © Jean-Marie Liot/DPPI |
Tras llenar los lastres de agua para estabilizar el barco todo lo posible, el Virbac Paprec 3 se dirige hacia las Azores, a unas 1.000 millas de distancia. Amurado a estribor con dos rizos en la mayor y la trinqueta en un viento de 20 nudos, no puede hacer rumbo directo hacia su nuevo punto de destino y probablemente deberá navegar hacia el noroeste durante 2 días antes de entrar, a 450 millas de su posición actual, un flujo de sudoeste que le permitirá dirigirse entonces hacia el archipiélago. La situación está estabilizada y Jean Pierre considera que no tendrá peligro de volcar. "Mi sueño de podio en la Vendée Globe acaba de hundirse de repente”
Una navegación difícil y delicada que debería llevarle seis días, justo el tiempo que en principio le queda al Hugo Boss de Alex Thomson, su inmediato perseguidor, para llegar a Les Sables d'Olonne. Esperado teóricamente a las 4 de la madrugada del 29 de enero, el patrón británico cerraría una magnífica regata en tercera posición, salvo una avería importante.
Porque esa es la gran cuestión en las últimas millas de regata. Desde que los barcos doblan el cabo de Hornos se dice y se repite que queda mucho camino por delante. Las roturas mecánicas solo obedecen a las leyes de la física, no a las del mérito.
Saludos y buenos vientos
No hay comentarios:
Publicar un comentario