© Victor Fraile/Volvo Ocean Race |
La salida del golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz, la costa india, bordear Sri Lanka, la Bahía de Bengala, el Estrecho de Malaca y el Mar de China... Cualquiera que lea esto, pensará que estoy hablando de una clase de geografía sobe Asia y Oriente Medio. Y no va muy desencaminado, no, porque para hablar de lo sucedido a lo largo de las 5400 millas realmente navegadas de la etapa 3 de la Volvo Ocean Race entre Abu Dhabi y Sanya hay que conocer todos estos lugares de paso de los VO65...Cada zona sometió a los barcos a distintas situaciones que, combinadas con la meteorología, hicieron de esta etapa quizás, la etapa menos agradable y más sufrida por todos los regatistas.
Y a Xabi Fernández, patrón del MAPFRE en la etapa 3 ante los compromisos olímpicos de Iker, se le conoce por ser un tipo tranquilo, poco dado al drama y al sensacionalismo. Pero al bajarse de su VO 65 tras cruzar la meta no dudaba en definir esta etapa como "muy larga, muy lenta y muy estresante".
No le falta razón, fue una navegación larga. Las 4670 millas teóricas se convirtieron, por influencia de todo lo habido y pro haber en tierra, mar y aire en 5400 millas de recorrido real. Para ponernos en situación, los seis VO65 recorrieron la friolera de 10.000 kilómetros, la misma distancia que separa La Coruña de Ulán Bator (capital de Mongolia). Y no fue un camino de rosas, más bien todo lo contrario, fue una ruta repleta de dificultades con vientos suaves, demasiado suaves, tácticas complejas, tráfico marítimo y desperdicios de todo tipo flotando en las aguas que acabarían con la paciencia de cualquiera. Pero ha habido más.
Durante los aproximadamente 24 días en los que la flota cruzó el Golfo Pérsico, navegó paralelo a la costa de la India, bordeó Sri Lanka, cruzó el Estrecho de Malaca, costeó Vietnam y se adentró ciñendo en el Mar de China, los obstáculos han sido incontables y de todo tipo.
La salida del golfo.
Salir del Golfo Pérsico no fue nada fácil. La niebla envolvía las aguas del puerto de Abu Dhabi el 3 de enero, día en que se dio la salida de la etapa 3. La primera noche fue, quizás, un presagio de lo que les esperaba a los 57 regatistas, pues la pasaron virando de principio a fin. Para salir a aguas del Océano Indico a través del Estrecho de Ormuz esquivando las aguas de exclusión iranís, algunos barcos decidieron cruzar por las islas de Omán, mientras que otros las bordearon. Esta primera decisión táctica no generó ningún beneficio, pues una vez en mar abierto, los seis barcos navegaban 'a la vista' casi se podían tocar unos a otros.
© Ainhoa Sanchez/Volvo Ocean Race |
Los equipos continuaron navegando a lo largo de la zona de exclusión de aguas territoriales iranís -los cazas de este país les recordaban constantemente con su vuelo qué línea no debían traspasar-, buscando los vientos alisios del monzón. Pero, primera sorpresa, un emergente centro de altas presiones anuló los alisios dejando a los barcos atascados frente a la costa Paquistaní. En sus maniobras en busca del viento de tierra, llegaron a acercarse a pocas millas de la costa.
Este acercamiento a la costa metió a los veleros de la regata en medio de las aguas frecuentadas por cientos de pesqueros, como relataba Charles Caudrelier, patrón del Dongfeng: "Hay cientos de barcos de pesca por todas partes, y la costa de lejos parece Inglaterra, es muy bonita". A pesar de ello la tranquilidad no era precisamente lo que reinaba en el seno de la flota, como continuaba relatando Charles: "Navegar tan cerca de tierra nos preocupa, porque estamos seguros de que nunca han visto un barco como éste". Ante tal situación, el 8 de enero, decidieron alejarse del litoral, profundizando hasta 400 millas mar adentro poniendo proa hacia el Sur.
La costa india.
¿Este u Oeste? Se presentaba a los patrones la primera gran decisión táctica de la etapa, la cual podría ser clave para su desenlace. Una decisión táctica muy prematura, pues llegaba a tan solo siete días del comienzo de la etapa. Descendiendo con rumbo sur a lo largo de la costa india, el líder Dongfeng se decantó por la opción Oeste, y ¡oh, sorpresa!, toda la flota le siguió. Desde el Azzam, su patrón Ian Walker comparaba a la flota con un rebaño: "Hasta ahora todos nos vamos siguiendo como ovejas".
© Warren Little/Volvo Ocean Race |
Bordeando Sri Lanka.
Cual río evitando los obstáculos de su cauce, al pasar bajo las elevadas montañas de Sri Lanka el viento deja agujeros de sombra tras las cimas y se acelera por los lados. Fue aquí donde los hombres de Dongfeng perdieron terreno, al 'comerse' un pozo de viento. La tensión iba en aumento a bordo del barco franco-chino ya que por la noche, a lo lejos, las luces del Team Brunel y del Abu Dhabi se acercaban a toda velocidad. Pese a este parón, los hombres de Caudrelier conservaron su primera posición. Durante aquellos tensos días navegando por Sri Lanka, el patrón del Donfeng se refería a la situación como una "batalla de nervios", expresión que acabaría siendo habitual a lo largo de toda la etapa.
Bahía de Bengala.
Tras diez días navegando, la flota por fin abandonó la influencia de Sri Lanka y se dirigió hacia la zona donde nadie quería navegar, la entrada del Estrecho de Malaca. En aquél momento, restaban todavía 2400 millas hasta Sanya. La flota ocupaba 60 millas de océano entre el primer barco, Dongfeng, situado al Norte de la flota, y el último, Team SCA, 20 millas más al Sur. Los otros cuatro equipos se mantenían agrupados en el centro, y tan cerca que seguían navegando a la vista.
Llegar a Indonesia fue muy complicado. Había nubes y chubascos, la comida y el combustible comenzaban a escasear, algunos tripulantes acusaban el esfuerzo - Anthony Marchand, de MAPFRE, estuvo enfermo seis días sin poder hacer sus guardias-, y empezaban a aparecer las averías en algunos barcos. Era el caso de Dongfeng Race Team, que rompía un cáncamo, la sujeción de una de las velas a la popa, en medio del océano. Pero lo peor todavía estaba por llegar...
Estrecho de Malaca.
“El estrecho nos va a poner a prueba,” anticipaba Charlie Enright, patrón del Team Alvimedica. Como muchos de los 57 regatistas de la flota, el patrón de Team Alvimedica nunca había navegado en estas aguas, y se preparaba para lo peor. "Necesitamos estar preparados para cambiar velas, cambiar de planes, esquivar mercantes, capear chubascos, no dormir... ¡Va a ser interesante!". Y efectivamente, estresante y duro es el paso de esta zona del planeta, una de las más peligrosas para navegar ya que los cargueros tienen muy limitada la maniobra. Si tuviesen que desviarse para evitar a los barcos de la Volvo, podría provocar que ellos se encontraran en otra situación complicada con otro mercante. Ante esta situación, la flota de la Volvo Ocean Race sabe que en estas aguas son los últimos monos por lo que la tensión y la precaución se pueden cortar con cuchillo.
© Matt Knighton/Abu Dhabi Ocean Racing/Volvo Ocean Race |
© Matt Knighton/Abu Dhabi Ocean Racing/Volvo Ocean Race |
Tuvieron que montar el ancla y echarla al agua para evitar que la corriente los llevara hacia atrás. Y lo mismo le sucedió al MAPFRE, que en aquel momento marchaba en un sólido segundo puesto, al que había escalado el día 15. Pero no fue solo cosa de dos; Team Brunel y Abu Dhabi Ocean Racing no se libraron tampoco de anclar en el estrecho.
© Amory Ross/Team Alvimedica/Volvo Ocean Race |
Finalmente, dos días más tarde, la flota salió del estrecho y se dispuso a cruzar el Canal de Singapur, que se convirtió en una auténtica trampa para el barco español. Quedó atrapado en las redes de pescadores sin iluminar que abundan en esta zona del planeta, y vio, impotente, cómo Abu Dhabi Ocean Racing, Team Brunel y Team Alvimedica se percataban de ello y les adelantaban por el exterior. Tras saltar al agua y liberar la quilla de las redes, los de Xabi Fernández caían a la quinta posición, pero aún navegaba en el pelotón de cuatro barcos tras Dongfeng. Team SCA era sexto, a 70 millas.
Mar de China.
El Mar de China recibió a la flota con unas condiciones bastante duras, tal y como sucediera en la pasada edición de la regata. “En el Mar de China estamos teniendo condiciones realmente duras, las que no hemos tenido en la etapa 1 ni en la 2", escribía Jean Luc Nélias, navegante del MAPFRE. 12 horas después de adentrarse en esta zona del planeta, en la que les esperaba una ceñida de 1000 millas náuticas, los barcos y tripulaciones volvían a vivir con 30 grados de inclinación, y se dirigían hacia Vietnam, al Este.
Navegando todos los barcos en estas condiciones, no hay opciones tácticas posibles a tomar ya que todos los barcos navegan con la misma meteo y no hay otros rumbos alternativos para llegar a meta. "Las opciones tácticas son muy limitadas, así que la velocidad es clave. Es increíble lo apretada que está siendo la etapa entre nosotros cuatro. No nos hemos perdido de vista desde Sri Lanka", explicaba el patrón de Abu Dhabi Ocean Racing, Ian Walker.
© Francisco Vignale/Mapfre/Volvo Ocean Race |
El 22 de enero el cunningham de Dongfeng, un cabo que conecta el foque con un sistema hidráulico en la proa para mantenerlo tenso, se rompió, tras lo que dicha vela quedó flameando descontrolada. Pero nada podía parar ya al equipo chino.
MAPFRE había intentado ganar terreno desde la quinta posición yendo hacia el Este, otra buena opción táctica de Jean Luc Nélias, que llegó a ponerles terceros. Pero Team Alvimedica fue más veloz. "Intentamos darles caza, pero iban más rápidos, no sabemos por qué", decía el patrón Xabi Fernández al respecto.
El amanecer del 27 de enero (horario chino) Dongfeng Race Team cruzaba la meta en primer lugar, un triunfo histórico -el primero de un equipo chino-, y en su puerto base. "Ha sido la etapa más estresante de mi vida", suspiraba Charles Caudrelier. Y Xabi Fernández, casi 5 horas después, también. MAPFRE conseguía el cuarto puesto tras pelear las últimas millas contra Team Brunel, a quien ganaba la partida por sólo 1 minuto y 50 segundos.
Saludos y buenos vientos.
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