Lucía y Laura Llópiz y los hermanos Leirós se dan cita en la Semana del Atlántico Ciudad de Vigo.
Mañana viernes, día 25, en la ría de Vigo se escuchará el bocinazo de salida a una nueva edición de la Semana del Atlántico Ciudad de Vigo XXXVIII Trofeo Martín Barreiro. En esta ocasión la flota de Vaurien será la primera que salga al agua para disputar la Copa de España de la emblemática clase de la vela ligera.
En el agua, no faltarán grandes nombres del Vaurien como es el caso de las primas Lucía y Laura Llópiz, quienes atesoran cuatro victorias consecutivas en la cita mundial femenina. Una vez más las viguesas tendrán que verse las caras en el agua con Alejandra Suárez y Helena Álvarez, quienes se colgaron la plata mundial en aguas de Sanxenxo tras una dura pelea con las Llópiz.
En categoría absoluta, los hermanos Jaime y Alfonso Leirós, que vienen colgarse en aguas de Sanxenxo el bronce intercontinental, y los campeones de España Pablo Cabello y Javier Lago suenan con fuerza a la victoria final.
País Vasco, Extremadura y Portugal, en la Copa de España de Vaurien.
La competición será máxima en esta clase y además de los más fuertes de la flota gallega –venidos del C.V. Fluvial As Pontes, R.C.N. Sanxenxo, C.M. Cando, C.N. Rodeira Cangas y R.C.N. Vigo- no faltarán a la Semana del Atlántico Ciudad de Vigo los regatistas guipuzcoanos Beñat Blanco y José Zapiain.
Durante este primer ciclo de la Semana del Atlántico Ciudad de Vigo Extremadura también estará representada en la ría de Vigo de manos de las tripulaciones formadas o por Sergio Gómez del Pozo y Daniel Hernández y José Ignacio Fernández y José Enrique Reyes.
Además, en el listado de inscritos no podían faltar los regatistas lusos, en este caso procedentes de los clubes de Viana do Castelo, Clube Naval de Leça y Alhandra S.C.
Saludos y buenos vientos
El viernes 14 de junio de 1968 salió de Falmouth el Suhaili, un pequeño queche, con una figura solitaria al timón: Robin Knox-Johnston, de veintinueve años. Diez meses y medio más tarde, un Suhaili oxidado, con la pintura desconchada y las velas rasgadas y marrones, volvió triunfalmente a Falmouth. Robin Knox-Johnston se había convertido en el primer hombre que había circunnavegado el mundo en solitario y sin escalas.
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