Sanya, la ciudad más al Sur de la rica región de Hainan, en China, se ha alzado victoriosa en su apuesta por albergar una escala de la Volvo Ocean Race 2011-12.
Con el éxito de la escala en Qingdao en la pasada Volvo Ocean Race 2008-09 como base de su candidatura, la ciudad de Sanya será protagonista del final de la etapa 3, que saldrá de Abu Dhabi.
Una nueva etapa en la ruta de la Volvo Ocean Race 2011-12 ha quedado desvelada con la confirmación de Sanya como único puerto de recalada en Asia. El resto de puertos confirmados hasta el momento, incluyendo la importante presencia de Alicante como salida y donde Volvo Ocean Race tiene su base permanente, son Ciudad del Cabo, Abu Dhabi, Lisboa, Lorient y Galway como final de regata.
Liu Gang, Director del “China Water Sports Administration Centre” se refería a la selección de Sanya como único puerto asiático de escala de la siguiente manera: “Los increíbles recuerdos que permanecen en nuestra memoria de la pasada edición y su parada en Qingdao continúan frescos en todos nosotros, y me gustaría dar la enhorabuena a Sanya al haber sido elegida como nueva escala de la regata”.
El Director General de la Volvo Ocean Race, Knut Frostad ha comentado sobre la elección del puerto asiático: “La Volvo Ocean Race gozó de un gran éxito en Qingdao e hizo crecer una gran pasión entre muchos ciudadanos chinos. Es un gran placer poder confirmar que China será de nuevo parte de la ruta 2011-12 y un gran honor poder disfrutar el evento en Sanya”.
Sanya se sitúa en el extremo Sur de Hainan y se caracteriza por ser la única región tropical de China, con playas de arena dorada y un agradable clima todo el año. El gobierno regional de Sanya usará la Volvo Ocean Race como parte de sus planes para promocionar la ciudad como destino internacional de turismo. Sanya cuenta con un excelente sistema de transporte, que será integrado en los planes de construcción de una nueva marina.
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Saludos y buenos vientos
El viernes 14 de junio de 1968 salió de Falmouth el Suhaili, un pequeño queche, con una figura solitaria al timón: Robin Knox-Johnston, de veintinueve años. Diez meses y medio más tarde, un Suhaili oxidado, con la pintura desconchada y las velas rasgadas y marrones, volvió triunfalmente a Falmouth. Robin Knox-Johnston se había convertido en el primer hombre que había circunnavegado el mundo en solitario y sin escalas.
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