La Vendée Globe de todos los récords.
Lugar... Océano Pacífico. El frio es la tónica general en la flota, el frio y el fuerte ritmo de navegación. Si por un momento pensamos que los skippers se relajarían ante estas condicones climatológicas, todo lo contrario, hacían cabalgar sus barcos por el gran sur a un ritmo impresionante. Los problemas pequeños y grandes siguen surgiendo afectando principalmente en estos días a Bernard Stamm con la avería de sus hidrogeneradores. Hecho este que, a la postre, fue el detonante de su abandono de la regata.
6ª semana de regata
Sumergida en el frío, la totalidad de la flota de la Vendée Globe navega en el Gran Sur. Y a la vista del ritmo imprimido en la vanguardia, es difícil imaginar hasta qué punto es incómoda la vida de los hombres de cabeza. Y sin embargo, mantienen la cadencia, presos de un duelo en el que en cuanto uno baje la guardia se verá inmediatamente sancionado. Gabart es el primero en entrar en el océano Pacífico, en las antípodas de Les Sables d'Olonne. Explotando al máximo los sistemas meteorológicos, gracias a una velocidad ligeramente superior y una navegación sin errores, los dos líderes siguen incrementando su ventaja.
7º semana de regata
Cuando se aproxima la Navidad, el ritmo no baja y los dos líderes prosiguen su duelo planetario al sur de Nueva Zelanda. En cuanto entra en el Pacífico, Le Cléac'h se coloca primero, pero no tarda en ver cómo Gabart vuelve a hacerse con el mando, en un juego de clasificaciones a ritmo de trasluchadas. A algo más de 500 millas, Dick ha quedado un poco descolgado y se intercala entre la cabeza de la flota y el dúo anglo-suizo Thomson-Stamm, a casi 900 millas de los primeros. Como regalo de Navidad a sí mismo, Le Cléac'h es el primero en validar la puerta de Pacífico Oeste, y se coloca provisionalmente en cabeza.
Para Stamm, la Navidad es mucho más amarga, pues se ha desviado hacia Nueva Zelanda para encontrar un abrigo y reparar sus hidrogeneradores. Va corto de energía y no puede emprender la travesía del Pacífico, el mayor de los océanos del mundo, en esas condiciones. El deterioro de la meteorología lo obliga a amarrarse a un barco ruso, lo que acarreará un proceso de protesta contra el navegante, asistido durante la maniobra. Cuando el suizo reemprende el camino hacia el cabo de Hornos, ha caído hasta la 10ª posición, inmediatamente detrás de Arnaud Boissières, quien tras un inicio de regata difícil, en el océano Austral ha conseguido acercarse al pelotón de los perseguidores. Simultáneamente, delante, los dos líderes pierden velocidad y ven cómo Dick y Thomson recortan diferencias. El 28 de diciembre, el único que no ha entrado aún en el Pacífico es Di Benedetto, a casi 4.000 millas de la cabeza de la flota.
Saludos y buenos vientos
El viernes 14 de junio de 1968 salió de Falmouth el Suhaili, un pequeño queche, con una figura solitaria al timón: Robin Knox-Johnston, de veintinueve años. Diez meses y medio más tarde, un Suhaili oxidado, con la pintura desconchada y las velas rasgadas y marrones, volvió triunfalmente a Falmouth. Robin Knox-Johnston se había convertido en el primer hombre que había circunnavegado el mundo en solitario y sin escalas.
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