Chemineés Poujoulat |
Las operaciones de salvamento las llevaron a cabo varios helicópteros y un mercante noruego el cual traslada en estos momentos a los dos navegantes sanos y salvos hacia Roterdam. El 60 pies, por desgracia se fue al fondo. Navegaban inmersos en una gran borrasca a lo largo de las islas ScillyS cuando el Chemineés se partió al medio perdiendo el mástil. Los skippers lanzaron una llamada de emergencia que era recibida por las autoridades británicas las cuales alertaban al Centro Regional de Salvamento Griz-Nez (CROSS) que imediatamente se puso en su búsqueda con un avión Falcon y tres helicópteros.
Sucedió durante la noche del 23 al 24 de diciembre navegando con grandes dificultades a lo largo de las islas Scilly, ubicadas al oeste de la costa del condado de Cornualles cuando Bernard Stamm lanzó una llamada de socorro. La llamada fue remitida al centro regional de salvamento Griz-Nez (CROSS), que inmediatamente envió un Falcon 50 con la misión de localizar el barco. Durante toda la madrugada del dia 24 la tripulación del Falcon 50 mantiene contacto con los navegantes hasta que a las 05:15 horas fue sustituido por un avión de patrulla marítima ATL 2.
Las condiciones meteorológicas eran particularmente difíciles, con ventos de 35 nudos y mar de fuerza 6, loq eu hacía que el rescate con helicóptero fuera prácticamente imposible. El centro británico CROSS decidó entonces solicitar ayuda al carguero MV STAR ISFJORD para aproximarse al velero. Al amanecer, el carguero conseguía rescatar a los dos navegantes, sanos y salvos, continuando luego su ruta hacia Amsterdan. El Chemineés poujoulat quedó a la deriva y luego se hundió.
Bernard Stamm contó como sucedió el incidente. «Estábamos navegando a 200 millas de Cornualles por delante de un frente frío con vientos de 43 a 45 nudos, aunque era una situación manejable. Estábamos preparados para estes vientos con la vela reducida - tormentín y cuatro rizos en la mayor-. Al pasar por una ola de 7 metros el barco simplemente se aprtió en dos, justo por delante de las orzas de deriva, cayendo inmediatamente el mástil hacia la popa del barco. Cerramos con urgencia los compartimentos estancos y lanzamos la llamada de socorro.»
Bernard Stamm |
«Ya estábamos preparados para abandonar el barco. El mar estaba tan agitado que intentamos evaluar los posibles riesgos de desintegración del Chemineés. Intentamos cortar el mástil pero no lo conseguimos. La situación era extremadamente peligrosa, pero con suerte conseguimos evitar que el mástil continuase golpeando el casco. Entretanto, preparamos el equipo de supervivencia ya que no sabíamos cuanto tiempo se mantendría a flote el velero.»
Dos helicópteros, uno de la Royal Navy y otro de la RNAS Culdrose más uno de la RAF de Chivenor, salieron en la búsqueda del barco, pero uno de los helicópteros informó de una avería por lo que se vio obligado a regresar a Cornualles. A pesar de todo esto, las autoridades francesas enviaron un avión Falcon 50 y, a pesar la oscuridad de la noche y de los fuertes vientos, conseguió localizar el velero hacia la medianoche ayudando y guiando a los helicópteros hasta el barco.
A estas alturas, los vientos alcanzaban Fuerza 10 y las olas eran de 6 a 7 metros de altura. Los dos navegantes intentaban enbarcar en la balsa salvavidas pero ésta estaba dañada y colocada entre las dos mitades del velero. Depues de 30 minutos sobrevolando el barco, un helicóptero debe de abandonar la zona para reabastecerse de combustible dejando a los dos navegantes a merced de la tempestad y con el riesgo inminente del hundimiento del barco.
«La maniobra para recuperar la balsa salvavidas era demasiado peligrosa por lo que finalmente tuvimos que regresar a bordo del velero dejando a borod de la balsa toda nuestra agua, los alimentos, el teléfono y las bengalas.»
«Quando regreso el helicótero, los rescatadores nos sugerían que nadásemos para ser rescatados desde el agua, pero esta maniobra la descartamos ya que lo pasé muy mal cuando regresé al velere en la primera tentativa. La tripulación del helicóptero nos lanzó, entonces, hasta cinco balsas pero todas caían demasiado lejos del Chemineés. Fue entonces cuando llego el carguero y maniobró para colocarse al lado del velero. Nos lanzaron un cabo pero casi quedamos aplastados entre el velero y el carguero. Entonces, la tripulación filipina del carguero lanzó un nuevo cabo que conseguimos amarrar al velero pero entre las grandes olas y los fuertes vientos fuimos arrastrados al agua. Damien quedó preso en el cockpit y yo fui arrastrado por el agua más de 80 metros, tragando mucha agua, hasta conseguir alcanzar la red para subir al carguero. Entretanto Damien conseguió nadar a lo largo do casco hasta alcanzar el cabo». Despues de esto, el velero se hundía rápidamente en las revueltas aguas. Ahora, los dos navegantes ya se encuentra en Roterdam donde el MV Star Isfjord atracó hoy por la mañana.
Saludos y buenos vientos
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