El paso de la ilusión a la desesperación fue
lo vivido ayer domingo por muchos niños en la IV Regata de la III Copa
Diputación de Piragüismo disputada en aguas de Viveiro (Lugo).
Vaya por delante que no
me mueve nada personal en el asunto; simplemente me da la sensación que a veces
nos toman el pelo de mala manera y que piensan que los aficionados comulgamos
con ruedas de molino. Pues nada más lejos de la realidad y como muestra un
botón con lo sucedido ayer en Viveiro.
El éxito de participación en la
regata, tal y como lo reflejan los distintos medios de comunicación, fue absoluto.
Los seis clubes participantes acudieron puntualmente a la cita. El campo de
regatas se estableció como viene siendo habitual, con la salida a la altura de
las gradas del campo de futbol, una ciaboga ría arriba antes del Puente de la
Misericordia y la otra ciaboga a la altura del final del espigón del puerto
deportivo conformando un recorrido de aproximadamente 1500 metros.
Y ayer domingo también la naturaleza
quiso establecer sus dos ciabogas particulares que afectaron decisivamente
sobre los palistas más pequeños: por un lado una fuerte brisa de 10 nudos del
30º y por otro una marea entrante con un coeficiente de 76 (alto). Estos dos
elementos fueron de especial importancia en la ciaboga del espigón del puerto
deportivo por ser la zona directamente más expuesta ya que a los efectos del
viento sobre los palistas y sobre la "obra muerta" de las piraguas se
añadía la importante fuerza de arrastre de la marea "entrante" que,
dado su alto coeficiente, se podría estimar en unos 3 nudos aproximadamente.
Hay decisiones que adoptan los
jueces que no se entienden, o que al menos, la mayoría de los aficionados no
entendemos. Hace dos años, en este mismo campo de regatas, se dio una situación
similar a la vivida ayer domingo: fuerte brisa del nordeste con una "marea
vaciante" bastante rápida. La consecuencia directa fue una caótica primera
regata de benjamines y alevines, con piraguas cruzadas, colisiones y una
manifiesta imposibilidad de hacer una salida en condiciones. No obstante, a los
jueces les entro el juicio y decidieron enmendar un poco el fiasco cambiando el
sentido de la salida para poder disputar esta primera prueba de la regata.
¿Y a qué viene este comentario?
Bueno, pues viene a que, como hace dos años, ayer la situación se volvió a
repetir. Los mismos barcos, las mismas edades de los palistas y las mismas
condiciones en el campo de regatas. Pero esta vez los jueces optaron por no
hacer nada, aunque veían perfectamente que las condiciones no eran las óptimas
para los más pequeños. ¿Tomaron alguna decisión al respecto? No, siguieron
adelante con sus planes.... y una regata que debería de salir a las 17:00 y
rematar a las 17:15 aproximadamente, remató casi media hora más tarde debido a
la imposibilidad de mantener una línea con los palistas sufriendo para
mantenerse "a flote".
Pero el desfase horario es lo de
menos. Lo importante fue lo sucedido con los benjamines y alevines en la
ciaboga de la punta del espigón del puerto deportivo. Tal y como se podía
prever, a esta ciaboga los palistas llegaron en grupos remontando la corriente,
siendo tal la fuerza del agua y la brisa del nordés que provocó un auténtico
caos en esa zona. La primera de las boyas, situada cerca del espigón, la
rebasaron todos con más o menos dificultad, pero la segunda, situada casi en el
centro del canal, fue una batalla contra lo imposible, una lucha sin igual
entre la fuerza de la naturaleza y la fuerza de los palistas, donde la suerte
ayudó a pasar a algunos y la desgracia hizo que otros no la pasaran. Los niños
pequeños, aunque sea un tópico, siempre dicen la verdad y estoy seguro de que
si hablamos con estos avezados y jovencitos palistas de entre 7 y 11 años y les
preguntamos si querían saltarse la boya, la repuesta sería unánime: "No,
la corriente me llevaba la piragua" (por lo menos eso fue lo que a mí
personalmente me respondieron varios de los afectados de distintos clubes).
La decisión oficial tomada por los
jueces fue, reglamento en mano todo hay que decirlo, la descalificación de todo
aquel palista que se saltó alguna boya. Las consideraciones sobre edades de los
palistas, situación del campo de regatas, antecedentes, etc. no las valoraron
ni las tuvieron en cuenta. Solo
reglamento, puro y duro.
A la vista de lo sucedido y de los
resultados publicados por los jueces, y sin entrar en los errores garrafales
sobre bailes de posiciones de algunos palistas tales como estar en podio y
dejar de estarlo, chavales primero calificados y después descalificados e
incluso el error descomunal en el podio final por clubes otorgando la primera
plaza a quien no correspondía, (sin ningún tipo de explicación oficial) hay
preguntas que nunca nos deberíamos de hacer pero que, por desgracia, hoy toca
hacerlas. Un inciso…. Al mismo tiempo que escribo este texto están, después de
20 horas, modificando de nuevo la
clasificación general llevando ya ahora mismo 3 clasificaciones de clubes
distintas ¿Cuál será la buena?
La primera pregunta que me hago es
vital para entender lo sucedido, ya que de los tres años de vida de esta Copa
Diputación, ¿por qué solo ayer hubo tantos descalificados y en el resto de
regatas disputadas con anterioridad, 15 en los tres años, no sucedió nada parecido?
¿Se pusieron ayer todos los palistas
de acuerdo para saltarse una de las boyas de la ciaboga?
¿Quién nos asegura que los palistas descalificados fueron
realmente los que no pasaron la boya?
¿Quedarían más palistas sin pasar la
boya que no los viera el juez de la ciaboga y, por tanto, que no fueran descalificados?
¿El juez de la ciaboga seguiría un
serio proceso de observación, confirmación y anotación de los que se saltaron la
boya, o por el contrario, simplemente se guiaría por una visual rápida y una
anotación rápida y dudosa?
Sin dudar de la agudeza visual y de
la capacidad de retención mental numérica del juez de la ciaboga, ver varios números de 15 cm de alto y 2 cm de espesor a
una distancia a tierra de aproximadamente 50 metros, en la peor posición que puede tener un
juez (es decir, de frente al palista) mientras pasan los piragüistas se me antoja una tarea harto difícil para
hacerlo en perfectas condiciones de seguridad y certeza. Por tanto, ¿podría ser
que anotara dorsales sin una confirmación clara y concreta?
Cabe la posibilidad, entonces, de
que ¿lo que el juez de ciaboga dijo que vio pudiera no ser todo lo que sucedió?
¿Será casualidad o existe algo más
para que la inmensa mayoría de los dorsales anotados como descalificados sean solo
de algunos clubes en concreto?
¿Por qué en la regata de benjamines
solo había un juez en la ciaboga y en las sucesivas y posteriores regatas había
ya dos jueces y preparados con prismáticos?
¿Acaso los clubes tendrán que poner
videos en las ciabogas para futuras reclamaciones ya que es la única forma de
recurrir la decisión de los jueces?
A la vista de estas decisiones, ¿serán
los jueces tan imparciales como deberían de ser o tienen predilección a la hora
de tomar decisiones y favorecer a algún club en concreto?
¿Dónde está el espíritu de la
"promoción" del piragüismo?
Qué es más importante: ¿el reglamento
o la persona?
Cada uno puede sacar sus propias
conclusiones y respuestas. Yo, personalmente, tengo las mias que seguramente no
se parecerán en nada a lo que digan o puedan decir los jueces y demás
organismos que intervinieron en lo sucedido. Por eso, para mí el crédito de los
jueces queda en entredicho, así como el de quien los dirige y les conmina a
tomar decisiones "reglamento en mano".
Para jueces, delegados y aficionados debería de tener más valor la felicidad de un niño de 7, 8, 9 o 10
años por acabar una regata que las lágrimas en sus ojos al saber que los
jueces lo descalificaron por no pasar una boya.
Y este axioma tan importante se
debería tener siempre presente cuando estamos juzgando, educando y enseñando
valores de compañerismo, ayuda, solidaridad, esfuerzo, a estos niños en sus
comienzos en este deporte. El paso de la
ilusión a la desesperación por culpa de una mala decisión sin escuchar al
sentido común no se debiera de haber tomado nunca por el bien del deporte y,
sobre todo, por el bien de los niños, beneficiarios, a la postre, de todas las
horas que les dedicamos, padres, entrenadores, árbitros, jueces y delegados.
Saludos y buenos vientos
Muy interesante lo que cuentas Thornado. Las cosas son como son ya que aquí solo estamos para tirar de manual; cualquier otro prudente enfoque se desprecia, por muy bueno que sea, lo que nos demuestra la incapacidad que tienen unos pocos de adaptar el reglamento a las circunstacias.
ResponderEliminarPor tus comentarios, intuyo que el articulista es un advenedizo en esto del piragüismo. Esta situación es el día a día de este deporte, en el que impresentables como Ramón Vilanova llegan a ser algo (incluso Juez)
ResponderEliminarPartiendo de que estas situaciones se viven más a menudo de lo que quisiéramos y sin ánimo de levantar ninguna polémica sobre este asunto, me veo en la necesidad de aclararte un par de cuestiones citadas que me hacen mucho ruido en los oidos. Veo que la intuición te falla algo, primero por definición y segundo por razon... y me explico. Primero, el autor no es un advenedizo puesto que la palabra advenedizo viene a definir a una persona de orígenes humildes que rápidamente adquirió riqueza o una posición social influyente, vamos, un trepa. El autor podrá ser un novato o inexperto, según de qué y desde que punto de vista se mire, pero ese hecho no invalida las razones que esgrime en su artículo, las cuales podrán gustar o no gustar y podrán ser compartidas o no compartidas. Y segundo, no veo ni un solo punto de los citados por el autor que no sea cierto lo que en ellos se dice.... Y si hasta aquí llegamos, tendrás que convenir conmigo en que no es necesario entrar en las descalificaciones personales hacia nadie para definir una situación que se ve y se vive día a día en las regatas y que todos vemos... La intención de este artículo es únicamente la de hacer pensar un poco en la situaciones que se dan en las regatas y, de este modo, intentar aportar un granito de arena para intentar cambiar la dinámica, nada más.
ResponderEliminarSaludos y buenos vientos.