Tras el final de la Volvo Ocean Race, perdió su razón de ser. Pero aunque la competición de altísimo nivel se ha acabado para el barco, aún es aprovechable para otros retos.
Después, el futuro del Telefónica será una incógnita. «Para la alta competición ya no, pero para otras en las que la exigencia no sea tanta, es el barco ideal», señala Diego Fructuoso. «Además, es un barco muy divertido de llevar».
Hoy, el barco continúa su periplo dando la vuelta a España y en estos momentos se encuentra a punto de entrar en Bilbao, última parada de esta vuelta para retirarse posteriormente a su base oceánica de Sanxenxo el próximo 6 de septiembre.
Saludos y buenos vientos.
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