Team Sanya reporta daños en su aparejo y se dirige a puerto.
Sanya sufre daños en su aparejo y se dirige a puerto en Madagascar para valorar los daños. El palo sigue en pie y la tripulación está perfectamente.
De acuerdo con el patrón Mike Sanderson, el palo sigue en pie, toda la tripulación está perfectamente y continúan navegando hacia un puerto en Madagascar para valorar los daños.
Sanya ha reportado daños en su aparejo cuando navegaba en primera posición de la flota con más de 200 millas de ventaja sobre su inmediato perseguidor. De acuerdo con el patrón Mike Sanderson, el palo sigue en pie, toda la tripulación está perfectamente y continúan navegando. Se dirigen a un puerto en la costa sur de Madagascar para valorar el alcance de los daños.
La tripulación detectó daños en uno de los estays del palo durante un cambio de vela y enseguida contactó con Control de Regata, que mantiene constante comunicación con el barco.
“Ya habíamos abandonado la zona de mayor viento y cambiábamos velas del J4 al fraccional, navegando en 12-14 nudos, cuando nos dimos cuenta de que faltaba una pieza vital del mástil (D2)”, comenta Mike Sanderson.
“Estábamos disfrutado de una espectacular noche de navegación, realizando enormes progresos, así que estábamos encantados. Las condiciones comenzaban a mejorar, y la sensación era muy positiva, tanto por nuestra decisión como por nuestra progresión. Estuvimos a punto de virar una hora antes en mitad de la noche, pero lo retrasamos por las condiciones, y estoy seguro de que si lo hubiéramos hecho, el palo se hubiera venido abajo”.
“Como es fácil imaginar, estamos totalmente abatidos y no podemos creernos que esto nos haya ocurrido cuando todo iba tan bien”, concluye el neozelandés.
De acuerdo con la agencia de inteligencia Dryad Maritime Intelligence Service, la zona a la que se dirige el Sanya no está amenazada por la piratería.
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Saludos y buenos vientos
El viernes 14 de junio de 1968 salió de Falmouth el Suhaili, un pequeño queche, con una figura solitaria al timón: Robin Knox-Johnston, de veintinueve años. Diez meses y medio más tarde, un Suhaili oxidado, con la pintura desconchada y las velas rasgadas y marrones, volvió triunfalmente a Falmouth. Robin Knox-Johnston se había convertido en el primer hombre que había circunnavegado el mundo en solitario y sin escalas.
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